@|En el acto del 1º de Mayo el Pit Cnt pide, entre otras cosas, aumento salarial para todos los trabajadores del país. Seguramente que este gobierno, como cualquier otro, si tuviese los medios necesarios lo haría. Pero Uruguay no tiene petróleo, ni minas de materiales preciosos que pudieran darle la holgura económica que necesitaría para satisfacer estas demandas.
La propuesta del Pit Cnt se presentó ante el Presidente, quien prometió su estudio y rápida respuesta a sus requerimientos.
Sin embargo, en un juego de ficción, si el país estuviese hoy en condiciones de otorgar aumentos, no debería quizás realizarlo indiscriminadamente, sino en un orden selectivo. Tal vez habría que privilegiar algunas ramas laborales como Salud y Seguridad.
Nadie puede negar la abnegada labor de los trabajadores de la Salud, merecedores de ocupar un orden prioritario. Y la Policía, arriesgando su vida en su trabajo diario que a veces no tiene horarios y aun en su descanso corren riesgos ante la posibilidad de ser agredidos para quitarles una pistola o un chaleco protector. Asimismo, el gobierno de turno debería atender los bolsones de pobreza con más de 200.000 personas viviendo en asentamientos, seguramente por no tener un trabajo estable.
Pero esto sucedería en una ficción, porque nuestro país tiene recursos limitados y un problema difícil de solucionar, acuciante, creado por la política durante largos años de democracia. Y hoy, ante la realidad, nadie se atreve a plantear alguna solución: el costo del Estado; mórbido, sobrecargado a través de diversos gobiernos que han colocado en Entes y organismos del Estado a sus adherentes, amigos o parientes. Y esos empleados, en parte excedentes o ineficientes, están atornillados por beneficios de todo tipo, otorgados por los políticos en su inocultable ambición de lograr o mantener votos, solventados a costa del empresario y el trabajador independiente.
El actual gobierno traía en sus planes de trabajo intentar solucionarlo.
Sincerémonos con la verdad sin ocultar los hechos que rompen los ojos y breguemos para que vengan otros aires de convivencia para solucionar este tema: darle respuesta al Pit Cnt y aplicar una estricta justicia salarial.
Deberá sobrevenir una clase política que, sin importar nada más que el país y sus ciudadanos, dejando de lado ambiciones o ideologías, dialogue y realice en conjunto los cambios que Uruguay precisa para ser un país más justo, más equitativo, más equilibrado.