La educación y los educadores

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@|La guerra gremio-sindical, la de las movilizaciones, los paros, las ocupaciones y las permanentes pulseadas al gobierno de coalición, está declarada.

En el ámbito de la educación, y con la consigna de oponerse y bloquear la política educativa que intenta llevar a cabo el gobierno, la movida empezó en marzo, con pintarrajeadas en el “I.P.A”, centro de enseñanza donde se forman (cada vez menos) los docentes en las distintas especialidades.

Profesores y estudiantes pretenden se les de participación en las reformas educativas. Exigen el co-gobierno de la enseñanza … El Estado erogó, nosotros erogamos para emprolijar la fachada del instituto, y los estudiantes (supuestos educadores de las nuevas generaciones) nucleados en el “Ceipa”, dejaron los libros y contraatacaron con las “brochas militantes” para volver a embadurnarla con consignas políticas, tanto caducas como infantiles, así como con expresiones vulgares que ofenden a la persona.

Como si fuera poco, con la finalidad de “custodiar las pintadas”, apostaron “guardias estudiantiles”, mientras le enviaban una carta al Presidente del CO.DI.CEN, Dr. Prof. Robert Silva, advirtiéndole que no los “subestimasen”, en tanto sostuvieron públicamente: “… en este conflicto somos apoyados hasta por las panaderas del barrio, que nos traen bizcochos para aguantar la custodia de los muros que venimos llevando adelante…”. Sí, parece un chiste, pero no lo es.

Días después dieron un paso más, y vandalizaron el domicilio del mismo Robert Silva. La clase política toda, se solidarizó con el damnificado…. La Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria repudió el hecho…, y la profesora de literatura Cecilia Gastambide lo justificó, manifestando en su cuenta de Twitter: “ellos mandaron pintar las paredes del IPA, de blanco, para tapar la lucha, así que a llorar al cuartito”. ... Parece otro chiste, pero así lo expresó en su red.

Y el broche de oro, lo pusieron el 25 de agosto en la “Piedra Alta”, cuando en ocasión de celebrarse el aniversario de nuestra Independencia un grupo de jóvenes (y no tan jóvenes), “supuestamente” educandos del IPA, fueron irrespetuosos: con el Sr. Presidente de la República, con nuestro Himno Nacional y con todos los compatriotas (blancos, colorados, cabildantes y seguramente más de un frenteamplista) que allí se encontraban participando o disfrutando de los actos.

Los audios e imágenes difundidas por los canales de TV y las redes sociales no solo permitieron constatar el vergonzoso vocabulario utilizado, sino también aquilatar la actitud desafiante y combativa de los manifestantes.

El Señor Presidente, quizás atónito ante la situación (no ha de ser changa estar en sus zapatos) fue un tanto desafortunado en su reacción. Debió haber hecho “oídos sordos” a los insultos y haber seguido de largo, pero no detenerse frente a los manifestantes y enfrentarlos “amigablemente” con un gesto de asombro y una sonrisa socarrona, preguntándole a alguien de su entorno, con cierta ironía: ¿estos son profesores, no…?, lo que provocó profirieran insultos peores.

La falta de respeto a la investidura presidencial y a los símbolos patrios constituye un hecho grave, que jamás debemos naturalizarlo. Hacerlo, fortalece al ofensor, generándole un sentido de impunidad. Y eso es peligroso…

Cabe acotar que al otro día de “los atropellos de la Piedra Alta”, en ocasión de una visita que realizaran las autoridades de la educación pública a la ciudad de Rivera, durante una reunión abierta denominada “Encuentro con la Comunidad” llevada a cabo en el club Uruguay, un piquete de aproximadamente cuarenta personas, venidas expresamente de Montevideo, munidas de: megáfonos, tambores, banderas y pancartas, se dedicaron a entonar, continua y vehementemente, cánticos coordinados y ensayados con el fin de entorpecer la actividad.

Como en otros temas, algo habrá que hacer y pronto. De no ser así, el votante de la coalición podrá pensar, y con razón, que esto es más de lo mismo…

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