Publicidad

Email: [email protected] Teléfono: 2908 0911 Correo: Zelmar Michelini 1287, CP.11100.

La hidra de los males

Compartir esta noticia

Arq. (J) Ignacio David Weisz | Montevideo
@|A medida que me iba enterando de los aberrantes y premeditados atentados del 07/10/2024 (cometidos por los terroristas provenientes de Gaza con la connivencia de los gazatíes) y de las inentendibles reacciones que surgían en todo el mundo, incluyendo el Uruguay (condenando a las víctimas agredidas en vez de censurar a los agresores), comencé a sentir una creciente indignación por lo primero e incomprensión por lo segundo.

El sólo repetir el cúmulo de agresiones sexuales, mutilaciones, degollaciones de bebés, etc. infringidos por Hamas a los rehenes secuestrados, me evocaron algunas de las atrocidades cometidas durante el holocausto (o shoá) por el nazismo, en la Segunda Guerra Mundial.

Por algo el Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas Dwight David «Ike» Eisenhower, ordenó registrar fotográficamente las fosas llenas de cadáveres, la multitud de desnutridos, las montañas de dientes de oro arrancados a los muertos, el jabón hecho con la grasa de los cadáveres, etc. Tanta cruel y depravada maldad no tenía antecedentes y sería negada.

Ver: https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/gallery/auschwitz-photographs

Rememoré aquello del “árbol que no deja ver el bosque” y me pregunté cuál era la real y verdadera causa de las violentas atrocidades desatadas y de las condenas a Israel.

No ignoro ni dejo de reconocer y valorar las bondades acumuladas en la historia por la parte positiva de la humanidad. Pero también comencé a preguntarme por qué personas supuestamente humanas (de diferentes edades, géneros, nacionalidades y culturas) actuaban con tanta perversidad.

La existencia del bien y el mal es una de las más antiguas y universales realidades en la historia de la humanidad. Se han manifestado inseparablemente en distintas épocas y de diversas formas: en mitologías, religiones y filosofías de todas las culturas. Las referencias y los relatos pueden rastrearse al principio de la humanidad. El primer texto escrito “El Poema de Gilgamesh” es uno de los más antiguos del mundo, se remonta a 2100 A.C., y trata sobre el bien, el mal y la moral.

Como la hidra de Lerna (uno de esos monstruos policefálicos de la mitología griega), cada una de las ramas de la maldad es producto de diversas causas como el egoísmo, la avaricia, el odio, el miedo o los trastornos psicológicos, que puede reconocerse a través de sus manifestaciones.

Destaco primero las más preocupantes por su entidad y consecuencias:

1- La violencia física y psíquica (guerras, homicidios y violaciones).

2 - Las drogas (comercialización y consumo).

3 - La tortura (infligir dolor o sufrimiento extremo, castigar e intimidar).

4 - La discriminación y el racismo (debido a su raza, religión, género, orientación sexual, etc.).

5 - La explotación (tráfico de personas, de órganos, el abuso laboral y la esclavitud moderna).

6 - La corrupción (para obtener beneficios personales a expensas del bienestar común).

7 - La destrucción ambiental (con daño significativo al medio ambiente y a los ecosistemas).

8 - El fraude (para lograr ventajas personales, perjudicando a otros en el proceso).

Como la hidra cuyas cabezas salen de un cuerpo, las ramas de la maldad “algo” tienen en común:

a) Carecen de valores éticos y morales.

b) Sus acciones y conductas desestiman el bien.

c) Practican un dogma radical que repudia y excluye a todas las otras opiniones y religiones.

d) Las nuevas generaciones no asumen ni sienten esos errores del pasado.

Dada la difusión, extensión, complejidad y amenaza de los males mencionados es evidente que no pueden ser superados por una persona, un grupo o instituciones civiles y políticas. Tampoco centrando la lucha en la consecuencias sino también en las causas. El Estado y la sociedad deberían encarar su lucha recurriendo a los que profesionalmente están capacitados, dotándolos de los recursos que sean necesarios. Es una inversión no un gasto. El antecedente del GACH durante la pandemia del covid es una prueba de tal atinada solución.

Es hora de que los políticos dejen de creer que son omnisapientes y dar el ejemplo de participación y no de exclusión y separatismo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad