Rodolfo Ponce de León | Montevideo
@|Como es sabido, en octubre junto con las elecciones se votará por Sí o por No la Reforma Constitucional de la Seguridad Social.
Esta carta no trata de analizar el contenido del proyecto de reforma sino los pronunciamientos y actitudes del sistema político en torno a ese tema que -no hay dos opiniones- es de vital importancia.
La Coalición Republicana se pronunció sin fisuras en contra de la oportunidad y del contenido del proyecto. Incluso el Presidente anunció que oportunamente intervendrá en la discusión que se origine ya que no hay disposición constitucional que se lo prohíba. Pero las cosas en el Frente Amplio no son tan diáfanas.
Para esclarecer es bueno hacer un repaso cronológico de cómo se han dado los hechos.
Juan Castillo y Gonzalo Civila fueron los voceros respectivamente de comunistas y socialistas. Ambos Partidos resolvieron “… que ensobrarán la papeleta; para los sectores contrarios a la consulta popular, se debe mantener la libertad de acción porque “es la mejor manera de transitar esta etapa sin dañar al propio Frente Amplio” (La Diaria 27/4/24).
Hay aquí tres cuestiones interesantes:
1º) Comunistas y socialistas largan primero. El Frente Amplio y Yamandú Orsi en silencio.
2º) Dicen hay que “mantener” la libertad de acción para quienes estén en contra de la reforma. ¿Comunistas y socialistas son los dueños de mantener o conceder la libertad de acción de los votantes? Conceder graciosamente el mantenimiento de la libertad de elección es propio de mentalidades autoritarias. Esa libertad forma parte de la libertad de expresión, es inherente a la persona humana y es inadmisible que algún político la conceda o la mantenga. Esa libertad de expresión está consagrada a texto expreso en nuestra Constitución (arts.29 y 72) con un adverbio categórico: Es “enteramente” libre, es decir absoluta y completamente libre. ¿Qué otra cosa que ejercer la libertad de expresión es poner o no poner la papeleta adentro del sobre? Esa decisión es totalmente libre y pertenece únicamente al ciudadano que vota.
3º) Agregan por último “transitar esta etapa sin dañar al propio Frente Amplio”. En otras palabras, evitar el daño al Frente Amplio. El daño a la Constitución y a la libertad no importan.
Esto fue en abril. Cuatro días después, el 1º de mayo, el entonces precandidato Yamandú Orsi declaró a La Diaria: “Yo tengo claro por qué no acompañé la juntada de firmas y por qué no acompaño el plebiscito. Si el Frente toma otra resolución, yo voy a alinearme, pero, así como hay compañeros en el FA que piensan que no es conveniente, yo pienso lo mismo”. Nos regaló así una demostración práctica del “como te digo una cosa, te digo la otra”.
Y finalmente concluyó: “Ahora, el tema de fondo es el ahorro individual, el lucro. Ahí yo creo que está la madre del borrego”. La expresión la madre del borrego implica afirmar que el ahorro es el origen de todo este lío. Atención ahorristas de las AFAP con lo que votan en octubre. ¡Esta gente viene por todo!
El último eslabón de esta cronología es la resolución de la Mesa Política del Frente Amplio. Dice que se pretende “avanzar en la instrumentación de la libertad de acción” y “desde el punto de vista operativo, habilitar a que los sectores puedan o no ensobrar la papeleta del plebiscito” (La Diaria 5/8/24). Todo en un par de frases. No aceptan que la libertad de acción es una forma de la libertad de expresión y por tanto entera, totalmente libre. Instrumentarla es manosearla y coartarla. Y los sectores no necesitan que una Mesa Política los habilite o no a ensobrar la papeleta. Porque los sectores están formados por gente y la gente por personas y éstas al respecto son enteramente libres.
Queda a la vista que el duende autoritario anda por todos lados.