@|La nafta llegó al precio de R$ 7,21 de promedio en Brasil, unos 65 pesos uruguayos. Creo que nunca hubo tan poca diferencia con el precio de la nafta en Uruguay ($77). También subió el etanol, el diesel, el gas, la carne, la leche, el arroz, el café, los porotos, el tomate, la zanahoria y los huevos de Pascua en este país del fútbol y ahora también del surf. Gracias a la memoria, recuerdo cuando todo estaba a la mitad de precio de lo que está ahora. La explicación más lógica es que el elevado precio de los combustibles empuja al alza toda la cadena de producción y distribución de productos.

Pero la gente habla en la calle que las empresas aprovechan esta coyuntura para subir los precios. Y no es una teoría conspirativa, porque muchas mercaderías fueron producidas antes de la subida de los carburantes.

Entre idas y venidas, en marzo, el índice de inflación acumulado en doce meses quedó en 11,30 %. Se perdió el 21 % del poder de compra en tres años, afirma el economista G. Moreira. Está claro que el poder adquisitivo de las familias se derrumba.

Por otro lado, según la consultora Oxford Economics, las cosas se encarecerán aún más.

Es la tormenta perfecta que ya irrumpió y que pende sobre nuestras vidas.

Vamos a ver cómo nos las arreglamos. Para eso, tenemos que recurrir a la historia. Ella nos muestra los pasos que se dieron en el pasado que pueden guiarnos hacia el futuro.