Esteban Szabados | Brasil
@|El hurto de un celular terminó en tragedia en el barrio Lapa, en la zona oeste de San Pablo. Un joven de 17 años esperó el instante adecuado para arrebatarle el teléfono a un señor de 71 años. El hombre caminaba lo más campante por la vereda mientras hablaba con alguien con su aparato en la mano derecha. De repente el chico le arrebató el móvil, salió corriendo por la vereda en dirección contraria, pisó la calzada, dio varias zancadas por el paso de cebra hasta que en la mitad del camino un ómnibus lo atropelló. Lo llevaron al hospital, pero no soportó las heridas sufridas y murió el pasado viernes 19 de este julio.
Perdió su vida por unos cientos de reales (cuestan unos 160 dólares). Quizás ese muchacho no había sido instruido sobre el camino recto, del bien, del esfuerzo, del trabajo. No lo sabemos, pudo haber sido educado, pero prefirió el camino del hampa por los modelos que fueron sus referentes en el entorno donde vivía. Tal vez no tuvo oportunidades.
Por lo tanto, debemos advertirles a los jóvenes que a través del trabajo construimos algo y que esa obra construida nos dignifica y honra. Además, obtener las cosas materiales con nuestro propio esfuerzo es gratificante. Es la mejor herramienta que tenemos para cambiar para bien el mundo.