Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|Las intendencias: la última frontera frente al avance de la izquierda woke.

Uruguay se encuentra en un momento crucial de su historia política. Las elecciones de intendentes no son solo una disputa local; representan la última línea de defensa frente al avance de una izquierda woke que amenaza con borrar las libertades individuales en un océano de colectivismo y dogmatismo ideológico. Si bien esta corriente se presenta con discursos de justicia social y diversidad, su verdadera agenda responde a una centralización total del poder, donde los derechos individuales se diluyen en un mar de colectivos anónimos y controlados.

El riesgo de perder las Intendencias.

La izquierda woke, liderada por el Frente Amplio y sus sectores más radicales, ve en las intendencias un punto clave para expandir su modelo de gobierno. Desde allí podrían imponer una agenda que priorice el adoctrinamiento cultural por encima de las necesidades reales de los ciudadanos, promoviendo un Estado omnipresente que ahogue a las familias, los emprendedores y los trabajadores.

Si pierden las Intendencias, los uruguayos no solo enfrentarán más impuestos y burocracia; también serán testigos de la implementación de políticas que ponen el énfasis en colectivismos abstractos y no en las personas reales. ¿Qué sucede cuando las calles, la educación y los servicios básicos se transforman en herramientas de propaganda ideológica? Se pierden los derechos individuales, y con ellos, la posibilidad de construir un futuro próspero y libre.

La Coalición como muro de contención.

Ganar todas las intendencias por parte de la coalición no es solo una estrategia política: es un compromiso con la defensa de los valores republicanos, la libertad individual y la verdadera representación de los ciudadanos. Desde cada departamento, la coalición puede garantizar que los recursos sean administrados de forma eficiente, que las políticas se orienten a las necesidades locales y que la ideología no se convierta en el motor de las decisiones de gobierno.

Cada voto por la coalición es un voto por la libertad, la seguridad y el desarrollo. Es un muro de contención contra un proyecto que pretende desdibujar las identidades locales en favor de una narrativa homogénea, diseñada desde despachos centralizados que poco entienden de la realidad de cada departamento.

Un llamado a la acción.

No se trata solo de ganar una elección. Se trata de defender la esencia de lo que significa ser uruguayo: la capacidad de decidir nuestro destino, de ser dueños de nuestro trabajo y de nuestras comunidades. Desde los rincones más alejados de Artigas hasta las costas de Rocha, pasando por el corazón productivo de Durazno y Soriano, las intendencias son la última frontera que debemos proteger.

Si la Coalición logra alzarse con el control de todos los gobiernos departamentales, se enviará un mensaje claro: los uruguayos no estamos dispuestos a ceder nuestras libertades en nombre de una ideología que desconoce nuestras raíces y nuestras necesidades. Es hora de construir un futuro donde la diversidad sea real, no impuesta; donde el progreso sea tangible, no solo un eslogan.

El país que queremos comienza en los departamentos. Ganar todas las intendencias es más que una meta: es una misión histórica.