Esteban Szabados | Brasil
@|El aborto es considerado crimen, según la legislación brasileña. En 1940, el entonces Presidente de la tercera República, Getúlio Vargas (1882-1954), decretó la ley 2.848 que en su artículo 124 condenaba a prisión a la gestante. Se prevé una pena de entre tres y seis años de cárcel.

Pero el artículo 128 establece tres excepciones: puede abortar si es un embarazo fruto del estupro, si está en riesgo la vida de la madre durante la gestación o si se comprueba malformación encefálica en el feto.

Pero ahora la bancada evangelista ha conseguido poner en pausa, en la cámara de diputados federales, un proyecto de ley que propone cambiar el artículo 128 de la ley 2.848.

Tienen la intención de criminalizar el aborto en caso de estupro, si es hecho después de veintidós semanas desde el inicio del desarrollo del feto. Lo que cambia la ley de 1940 porque ésta no pone un tiempo límite para producirse el aborto, o sea, se puede hacer en cualquier momento.

Otra cuestión que cambia el proyecto de ley es la condena de hasta veinte años de prisión, tanto para la embarazada como para los médicos que realizan el aborto.

Algunos números pueden darnos una idea del problema: de enero de 2021 a febrero de 2022 fueron hechos 20.000 partos de niñas menores de catorce años. Además, se realizaron 1.823 abortos legales en Brasil. Por lo tanto, este número de abortos no parece tan alto.

La sociedad formada por las mujeres está dividida entre las que creen que es inmoral, va contra la vida y las que opinan que es un derecho inalienable el aborto en caso de estupro.

Por otra parte, este proyecto de ley no representa a la totalidad de los cristianos, que forman un diverso, sumamente plural y amplio grupo. Otros creen que este proyecto de ley es una cortina de humo de la extrema derecha, que busca amnistiar a los participantes de actos vandálicos el 8 de enero de 2023 en Brasilia.