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Los nuevos formatos de “La cabaña del tío Tom”

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Sandra García | Soriano
@|En una recorrida por mi país para atender mi salud, me encuentro con la realidad por todos conocida: no hay turnos médicos.

Es decir, que miles de uruguayos están esclavizados a una enfermedad, muchos Tom, por no acceder a la atención profesional que necesitan y que puede cambiar su calidad de vida. He preguntado y las respuestas que me han dado son: “El Estado no quiere pagar” y “Los médicos no quieren trabajar”.

Sobrellevar una enfermedad es cruel, se sufre el dolor físico y la indiferencia al dolor, en una sociedad que se precia de ser de Derecho, lastima profundamente.

Esta situación se ha enquistado y nadie parece preocuparse por ello, especialmente los Haley y Legree que ocupan puestos de poder. Vivo de cerca la realidad de una persona mayor, con una vitalidad increíble, que lamentablemente tuvo un accidente doméstico hace más de seis años y, literalmente, se arrastra. Es muy penoso ver como sobrevive.

Otro formato moderno lo estamos viviendo quienes residimos en el interior y esperamos contar con la posibilidad de continuar la carrera cortada por UDELAR cuando llevamos tres años y más de curso.

Estamos igual que Tom, esperando contar con recursos para liberarnos de la atadura impuesta: viajar entre 10 y 20 días a Montevideo por una decisión que, sin duda, a intereses pedagógicos no obedece, porque un interés pedagógico estaría muy lejos de privar de una carrera y de los frutos del trabajo.

A nadie parece importarle, no hay ninguna autoridad que no lo sepa, pero también están los Haley y los Legree, con la decisión en sus manos, privando de derechos humanos desde sus puestos de poder.

Retornando de mi viaje volví a leer “La cabaña del tío Tom”. ¡Cuánto dolor ha infringido el hombre al hombre mismo! ¿Desapareció la esclavitud, la falta de libertad para el desarrollo pleno de una vida digna?

Por lo que dije, entiendo que solo mutó, a nuevas formas menos visibles que los grilletes y las lesiones en la piel, pero no por ello menos crueles, menos tristes, menos dolorosas como en las situaciones que expongo: no hay la debida atención médica para la persona enferma o se sufre la discriminación geográfica.

Y sin duda alguna, hay una larga lista más…

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