@|En la edición de Ecos del 5 de noviembre, se incluye una carta de un lector que afirma que al trasladarse desde Montevideo a Chuy por la ruta 3, se encontró con una carretera en reparaciones (en parte); afirmando que esos trabajos causan muchas molestias y que debieron hacerse en otros momentos para evitar esos inconvenientes a los usuarios.
Como me traslado muy a menudo desde Chuy a Montevideo y viceversa, quedé muy intrigado por esa innovación de ir desde Montevideo a Chuy por la ruta 3. Hasta ahora, siempre que salí desde Montevideo por esa ruta, solamente logré terminar en Paysandú. Me agradaría mucho que el lector me informe cómo realizó su periplo. Para poder imitarlo. Hasta ahora no pude hacerlo. Tal vez me pueda ayudar.
En la ruta 9, que es una de las dos que uso habitualmente (por ahora y hasta nueva información), hay alguna parte, desde Rocha hacia Chuy, que está todavía en etapa de reconstrucción. Trabajo que no se inició ahora, sino que viene desde casi un año atrás. Se hizo la ruta nueva (nueva, no nueve) desde Rocha hasta Chuy; incluyendo el ensanche de muchos puentes. Trabajos que están cerca de finalizar, pero que aún no han culminado.
Esas obras me han causado muchas molestias. Y mucho fastidio. Al igual que al lector, pero con mucha mayor frecuencia, en función de que mis viajes son muy numerosos.
Proceder como lo hizo el gobierno nacional fue muy razonable. Así hicieron un notable trabajo en el menor tiempo posible. Y permitieron que mucha gente tuviera trabajo bien remunerado durante todo este tiempo. La propuesta del lector de hubiera eliminado todas esas molestias y fastidios a muchos automovilistas (incluyendo al suscrito), y también hubiera perjudicado a muchos trabajadores; cuyos fastidios y molestias hubieran sido sensiblemente más graves que los que tuvimos que soportar los usuarios de la ruta 9.
Comprendiendo eso, resolví soportar sin protestas las molestias y fastidios (los que, al final de cuentas, no fueron tan graves, como lo acredita el hecho de que pude sobrevivir a tan angustioso proceso). Sin dudas, fue el precio que se pagó para que las obras se terminaran lo antes posible y, a la vez, lograr que mucha gente tuviera trabajo continuado durante todo ese tiempo. Lo que me llevó a decidir que debía soportar fastidios y molestias sin protestar. Y aplaudiendo la tarea del gobierno nacional.