¿Medir con la misma vara...?

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@|Me he propuesto y así pregono y abogo por ello en mi entorno, no confrontar. No nos sirve a nosotros porque nos llena de sentimientos negativos, no le sirve a la gente en general, no le sirve, sobre todo, al país que nos necesita unidos, claro está, siempre defendiendo nuestro matices, pero por encima de todo, conciliando.

Así lo exige la hora, luego de un período de turbulencia mayor por habernos caído la pandemia, con todas sus consecuencias.

Recuerdo haber escuchado a alguien decir que si no salíamos transformados en mejores seres humanos luego de esta tremenda experiencia, no habríamos aprendido nada y lo peor, si esto no nos ayudaba a repensarnos, ¿qué?

Debemos hacerlo cada uno desde su introspección personal, sin mezquindades, con generosidad, como homenaje supremo a los que se nos fueron (los Sonsol, los Abt y todos los otros) y para lograr cambiar los rumbos, amarnos más, tolerarnos en la diferencia, respetarnos...

Sin embargo, no puedo ni debo callar ante ciertas actitudes que demuestran que muchos no entendieron nada.

¿A qué me refiero?

Días atrás, leo en la prensa que, en medio de un acto en Malvín con presencia y discurso del Sr. Fernando Pereira, alguien que pasaba caminando le espetó un agresivo “caradura”.

Ante esto, el disertante le contestó, frenando su discurso, algo así como ¿qué te pasa, atrevido?

Para continuar luego diciendo que son unos pocos intolerantes que hay en la sociedad y que él no le gritaría a nadie y terminó diciendo que “Éste es el ejemplo de que no que hay que hacerle a nadie”.

Pues bien, si eso es lo que él piensa, le sugiero que instruya a los compañeros al respecto.

No hay acto en el que hable nuestro Sr. Presidente, Luis Lacalle Pou, en que sus adeptos no interrumpan en todo momento al mandatario, ¡tan luego!, con consignas agresivas, salidas de tono y, por qué no decirlo, totalmente perimidas. (Ufa, con todo respeto, toda esa diatriba ya cansó a unos cuantos!!!).

Por todo ello, así como aplaudo cuando una Dra. Arteta, siempre tan confrontativa ella, baja los decibeles para alinearse en pos del bien de todos; o cuando hasta la Sra. Villar dice que ya no siente más que la elección sea entre oligarquía o pueblo y está para conciliar, posición también compartida de un tiempo a esta parte por la Ing. Cosse o el Sr Orsi (reconociendo, nobleza obliga, que éste último en general se muestra más proclive a ir por el diálogo), tampoco se pueden dejar pasar estos “deslices” para como dicen, parar la mano.

Ojalá no se deban estos cambios solamente a la necesidad de cambiar el discurso (porque se están yendo tantos compañeros que evitan radicalizaciones, inteligentes, saben a qué conducen ellas) y sean sinceros realmente.

Ojalá sepan tomar ejemplo de un Dr. Lacalle Pou que, ante los agravios, hasta se acerca a buscar el diálogo, aunque rara vez encuentra interlocutores que, raudos, desaparecen en las sombras.

¿Tirar la piedra y esconder la mano, lisa y llana cobardía?

Por eso el título de mi carta, midamos con la misma vara... Hable a su gente, Sr. Pereira, y si no, evite comentarios que se dan de bruces con su accionar y el de sus partidarios.

Que el futuro nos encuentre unidos, buscando lo mejor para el pueblo uruguayo y salgamos adelante respetando nuestros matices.

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