@|Ríos de tinta han sido utilizados para describir lo que, a todas luces, resulta en la inoperancia y fracaso del Mercosur (Tratado de Asunción 1991), en procura de acuerdos que mucho quisiéramos asemejar a los que ha logrado la Unión Europea.
Esta realidad, sin duda, ha impedido poner en el mapa el potencial económico del Cono Sur sudamericano, y no ha de sorprender que China, como potencia emergente en el tablero del comercio mundial, haya puesto la mira en nuestra región.
Percibimos una enorme ventana de oportunidad en las negociaciones hacia un eventual Tratado de Libre Comercio (TLC) con el gigante asiático.
Capítulo aparte merece ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración/Tratado de Montevideo 1980) pariente lejano del Mercosur, sobre cuyo accionar e influencia geopolítica poco y nada se sabe.
Como se dice por ahí, la dejamos picando para el periodismo de investigación.
Un dato de la realidad que pinta el rol difuso que ha dejado translucir a este organismo es que su denominación fuera tergiversada en el libro “El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano” (1995), como Asociación Latinoamericana de Desarrollo Industrial.