Roberto David Kalmar Lachs | Montevideo
@|Soy uruguayo, pero tuve que irme hace más de 50 años del país (como gurí) porque mis padres decidieron volver a su país natal (Austria). Desde el año 1985, vengo con bastante frecuencia. En el 2024, pasé 10 semanas en Montevideo y volví en octubre y aun sigo en la ciudad.
Leo El País, porque entiendo que es un buen diario, aunque no esté muy de acuerdo con su posición política. Pero a través de mis 68 años he aprendido a comparar puntos de vista para así formarme una opinión propia.
El pasado domingo me sorprendió la entrevista con Markus Buchheit, de la AfD alemana. De acuerdo, se puede hablar con todos, hasta pienso que se debe hablar con todos. Es una necesidad que en Europa y en otros países se está perdiendo.
Lo que me molestó mucho más fue el comentario del día siguiente: “Este partido es considerado de “ultraderecha”, y denunciado por muchos politólogos como amenaza a la democracia. Lo que cuenta Buchheit de qué lo llevó a pasarse a esa formación es revelador: el relativismo moral y cultural de las élites tradicionales, y la falta de respuesta a las demandas de la gente común. ¿Eso es ser “ultra”?”.
En ese momento sí que estuve en desacuerdo con el diario. Pienso que puede ser una falta de información, pero a mi entender hay algunos puntos que no se pueden ignorar.
Una selección:
- El AfD está en contra de todos los extranjeros y quiere deportarlos cuando llegue al poder. Eso no les vendría bien a los compatriotas uruguayos en el país.
- En una Europa de fronteras abiertas quiere encerrase.
- Quieren salir de la Unión y quieren dejar el euro. Eso sería una catástrofe para Alemania, un país que actualmente ya tiene que enfrentar una crisis.
- La Oficina Federal de Protección de la Constitución clasifica al AfD como partido de extrema derecha en varios departamentos y se discute prohibir al menos alguna sección departamental.
- A algunos miembros se les puede llamar nazi de forma abierta. El jefe en Turingia, Björn Hocke, es uno de ellos.
Podría seguir con esta lista, pero pienso que alcanza para explicar la situación – no solamente en Alemania. Yo vivo en Austria, donde la extrema derecha es el partido con más votos en las últimas elecciones y ahora está tratando de formar un gobierno con los conservativos. Para ellos vale lo mismo que para el AfD.
Por eso comencé a pasar mucho tiempo en Montevideo, donde la democracia todavía funciona y la tendencia de elegir a extremistas no es tan grande. Ojo, ya oigo voces deseando un Milei uruguayo. Digo gracias, pero no.
¡Sapere aude!