@| Asesinatos, ejecuciones exprés, asaltos a diestra y siniestra y… ¡no se pueden hacer allanamientos nocturnos!
¿Hasta dónde llegar? ¿No es la vida misma de la sociedad que está en juego?
Si el policía o una persona captura a un delincuente es probable que enfrente circunstancias adversas, provenientes de quienes defienden al delincuente; y peor aún si llega a herir al sujeto.
Son elocuentes las imágenes de la actuación policial en aquellos países europeos, adalides de la libertad, donde se observa que, si ocurriese aquí ese accionar sería “violencia policíaca”.
Todo hace pensar que hay intereses que hacen viable este dislate en nuestro país, a fin de crear confusión y desaliento.
Puesto que, inmediatamente que ocurre un atentado de este tipo, se convierte en el tema del día del circo político/mediático.
Por ello lo del encabezamiento: ¿queremos llegar a ser Nicaragua, El Salvador o algún otro reducto?
Ya que ello no ocurre en países europeos - al ser reprimidos o ejecutados en la acción- y no son pasto de intereses que nada tienen que ver con un país libre. Ya que ni Cuba ni en Venezuela se sabe dónde se termina por el mínimo acto de desobediencia; y al parecer, nadie habla o puede hacerlo, ante este tipo de problema.
De una vez por todas, seamos razonables; hay que aplicar la justicia y defenderla.
Recordemos que ese era el Uruguay de hace años atrás, donde se podía salir y caminar en paz. No había rejas, la policía no era el enemigo. Los delincuentes iban a la cárcel sin alharaca y la cárcel no era el pandemónium del presente, ni el reino de los reos.
Si todos sabemos cuando se fue gestando y luego favoreciendo este tipo de procesos del horror...