Dra. Diva E. Puig | Montevideo
@|Se ha hablado y escrito mucho sobre lo que es Montevideo, una ciudad hermosa, pero que en los últimos años se ha transformado en un lugar del que todos queremos huir.
Los factores son múltiples: altos costos de los impuestos y otros como por ejemplo: mientras que en Santiago de Chile con una población de 8.420.729 habitantes, la Municipalidad de Santiago cuenta con 2.662 trabajadores, Montevideo con 1.384.000 habitantes (censo 2023) y (según el Anuario Estadístico Nacional 2023. Volumen N° 100 del Instituto Nacional de Estadística) el Gobierno Departamental de Montevideo tiene 8.564 funcionarios (Junta Departamental e Intendencia).
También hay otras grandes diferencias entre ambas ciudades en cuanto al estado en que se encuentran. Santiago de Chile es una ciudad con excelentes medios de transporte, con un metro al que permanentemente se le agregan nuevas líneas, además de buses, taxis y colectivos. Es considerada una ciudad segura, las veredas y calzadas están bien mantenidas (los municipios deben elaborar un Catastro de las que tienen que ser conservadas).
Es una ciudad limpia y su clima, que ha ofrecido problemas en el pasado, es considerado “bueno” por la OMS. La preferencia de circulación para bomberos, Policía y ambulancias con sirena abierta se respeta como en casi todo el mundo. En Santiago el tránsito es supervisado (por Carabineros de Chile, Inspectores Fiscales y Municipales). La Municipalidad de Santiago realiza permanentemente obras en beneficio de sus ciudadanos.
En Montevideo, la cantidad de funcionarios que tiene la Intendencia (y la Junta Departamental) en relación a la población es descomunal y ahí se va la mayor parte de lo que se recauda por tributos.
No es necesario extenderse en el estado de las veredas, basura, árboles sin podar que impiden que entre luz en edificios hasta de 10 pisos y luego caen con el peligro que ello conlleva.
Las ciclovías construidas en una ciudad con calles angostas y congestionamiento de oficinas, comercios, edificios y demás como por ejemplo la Avda. 18 de Julio han creado un caos total; para que sea usada por poquísimos ciclistas. Se construyó muy rápidamente cuando, coincidentemente, se estaba hablando del tren- tram que solucionaría muchos problemas que llevan años. En vez de solucionar, se agravó.
Pero ahora me quiero referir a un hecho puntual que implica un tema que hay que solucionar de inmediato. El pasado miércoles 4 de diciembre, pasaba por Bvar. Artigas frente al Hospital Pereira Rossell, cuando una ambulancia de la Asociación Española con sirena abierta no conseguía que los vehículos que circulaban delante le dieran paso. Insistía e insistía, cambiando el tono de la sirena y nadie daba paso.
¿Cómo es posible haber llegado a ese grado de total desinterés por el otro?
Quienes tuvimos que ser trasladados en ambulancia con clave 2 o un familiar lo fuera con clave 1, que le permitió llegar cuando solo faltaban 4 minutos para que se le pudiera salvar la vida y se logró, tenemos un respeto absoluto por las sirenas de Bomberos, Ambulancias y Policía y por ende les cedemos el paso de inmediato. Los conductores que hacen caso omiso de esas sirenas no saben si algún día ellas sonarán por ellos.
Eso pasaba en Bvar. Artigas, y ¿si pasara en 18 de Julio con la ciclovía? Están muy bien las cámaras colocadas en la ciudad, pero la presencia física de inspectores para controlar el tránsito no puede faltar... Motos, bicicletas, patinetas a contramano o sobre la vereda se ven todos los días, así como taxis, autos y vehículos de toda clase cruzando con luz roja sin siquiera detener la marcha.
Montevideo necesita que las autoridades elegidas para ello se ocupen y cumplan con sus cometidos.