@|Comienzo por confesarme católico. Creo en Dios y por lo tanto espero esta Navidad en la que celebramos el nacimiento de Jesús en Belén.
Caigo, como casi todos, en entregar regalos de Papá Noel a hijos y nietos. No soy diferente en eso, pero mantengo el pesebre, pequeño como ese recién nacido, pobre, también como él, fruto de algunas compras y de regalos recibidos.
Existe un árbol como tantos, este año de nuevo tamaño al cambiar de domicilio, también por tradición.
Cuando vivíamos en un balneario, con mis hijos pequeños, todos los años salíamos en busca de un pequeño pino para hacerlo nuestro árbol.
Eso sí, con ellos y los nietos que son mis hijos de segunda generación, al reunirnos trato de decirles lo que este día y esta reunión significa para mi.
Muchas veces en el año estamos juntos y tantas otras por los propios aniversarios de cada uno de ellos.
Esta Navidad volveré a sentir lo mismo. Tal vez con humedad en mis ojos que algunos achacarán a mis años, que son también muchos. Trataré de no olvidar quién cumple años y por qué es tan importante en mi vida.
También que ellos y ustedes se acerquen a este pobre y pequeño pesebre para ver y comprender el sentido que le doy.
¡Otra vez llega un Niño a nuestras vidas! Y siempre tratamos de recibirlo de la mejor manera.