@|Dos notorios personajes: uno senador del Frente Amplio y otra secretaria sindical, expresaron con orgullo que sus hijos estaban en esas luchas estudiantiles contra la Reforma de la Educación.

¿De qué hablamos? ¿Que los padres utilizan y se enorgullecen de la lucha de sus hijos usándolos como proyectiles? ¿Estos son nuestros “mayores”? ¿Tendremos que pasar otros sesenta años con los padres llorando la muerte de sus hijos que ellos incentivaron con odio y resentimiento en un país democrático? ¿Acaso les enseñan a luchar ciegamente contra algo sin tener una contrapropuesta? Porque su postura es el ¡no! contra un gobierno, sin aportar nada a los problemas de sus propios hijos.

¿Seguirán apostando por el Caribe y no por los países que progresan? ¿Seguirán esos mismos hijos estudiando con el aporte de todos los uruguayos y como estudiantes universitarios apoyarán a los dictadores contra los estudiantes de esos países que mueren por querer ser libres? Les dieron la espalda a los estudiantes de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y hasta de Cuba, que se han expuesto a torturas y cárcel por décadas. ¿Tienen el tupé de mostrar orgullo? Es la hora de los mayores, de los padres. Sin ellos, hijos y nietos están perdidos.

Se admite el pensar diferente; expongan sus ideas pero no pretendan imponer por la violencia, cerrándole los ojos y oídos a sus propios hijos. Enseñen; hablen del negro, blanco y el gris. Y lo más importante: ¡que sus hijos puedan elegir con libertad!