Omnipotencia

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Declaraciones en Consejo de Ministros

 ¿Cuándo llegará el momento en que algunos de los miembros de éste gobierno se bajen de la tarima de la omnipotencia, desde dónde pretenden darnos clases de ética, moral e ideología? Durante el consejo de ministros de cercanía realizado en Durazno, Ernesto Murro volvió con su verborragia despectiva, descalificadora y faltando a la verdad. Acuso a blancos y colorados de “no querer que se hagan las obras de UPM porque no quieren que a éste gobierno le vaya bien”. Cuánta mezquindad en sus palabras, cuánto desprecio a la inteligencia de ciudadanos que no piensan como él.

Podría aquí aplicarse lo que él mismo dijo una vez al referirse a la Suprema Corte de Justicia, un exceso de democracia es lo que permite que un ministro diga estos disparates. Pero uno es preso de sus palabras y su historia. Murro olvida la feroz negativa del FA, cuando era oposición, a la instalación de la planta de Botnia (ahora UPM) y al tratado de inversiones firmado con Finlandia. Si en aquellos años, 2003-2004, hubiera triunfado la tesis del FA, hoy no habría ninguna planta de celulosa en el país. Pero ningún miembro de aquel gobierno salió a calificar a la fuerza política de izquierda de pretender querer hacen un mal al país.

También aprovechó el Ministro de Trabajo a colocar un “manto de sospecha” sobre el concurso de acreedores reciente de la citrícola Caputto, la cual según él, recibió mucha ayuda del Estado y no le cierra que la culpa sea justamente del Estado, los sindicatos y el clima. ¿Puede pensarse lo mismo de Fleischmann y Colgate Palmolive, o de las tantas que han cerrado en los últimos años?

Pero la culpa siempre es ajena, no hay ninguna forma de que sea propia. Los empresarios pretenden ganar fortunas sin dar nada a sus empleados. Y entonces nos preguntamos, ¿qué piensa el Ministro de Trabajo sobre la empresa más grande del país que es el Estado? Viene dando pérdidas por su mala gestión hace años y cubre esas pérdidas con los dineros de los contribuyentes, y como no alcanza, pues no para sus desenfrenados gastos, nos endeudamos cada día más.

¿No sería más adecuado que desde su cartera buscara soluciones para frenar la caída de empleos? Más de 60.000 puestos perdidos son una cifra muy alta pues cada puesto con seguridad alimenta a más de una persona. Desde 1 de enero entró en vigencia una nueva ley con estímulos para la contratación de personal con subsidios de hasta un 40% en los salarios. La ley es buena pero nadie la conoce, hay una falta total de divulgación de la misma y por lo tanto es ínfimo el número de empleados beneficiados. Se gastan millones en publicidad estatal superflua, más en un año electoral, y nada hemos visto sobre esta ley u otras similares.

Al mismo tiempo nos preguntamos, ¿cómo pretender declaraciones mesuradas de los ministros si el Presidente los iguala o les gana? A la salida del mismo consejo de ministros que hacemos referencia en esta nota, un grupo de auto convocados de Un Solo Uruguay abucheó a Vázquez tratándolo de traidor y vende patria y éste, en lugar de retirarse sin manifestaciones provocativas, se paró ante ellos, los aplaudió y con dos dedos de su mano derecha les hizo el símbolo de la victoria.

Un país como el nuestro se merece un “soberbio Presidente” y no un Presidente con soberbia.

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