@|El miércoles 9 de diciembre, la Comisión de Ganadería, Agricultura, votó el pase a Plenario legislativo de un proyecto de Ley “Suelos de Prioridad Forestal- Regulación”.
Recomiendo su lectura, dado que solamente tiene un par de artículos, que en resumen plantean restringir el derecho del productor rural, y lo que no es menor, negar el conocimiento que en materia agronómica tiene nuestro país.
Cabe recordar que la existencia de una designación de bosques “de rendimiento” y “generales” responde solamente a la necesidad -para el legislador que en 1968 y 1987 votó la Ley Forestal-, de distinguir receptores de beneficios que estas leyes otorgaban. Desde el Prócer José Artigas hasta el Dr. Alejandro Gallinal y otras figuras importantes, la plantación de bosques era un deber ciudadano.
Los bosques “generales” no son ni más ni menos que aquellos que durante cien años se plantaron como servicio a la ganadería, y además brindaron su madera para la construcción rural y el abastecimiento de leña. El concepto de bosques de rendimiento, se creó para promover las plantaciones para uso industrial, y esto nació durante el período en que el Ministerio de Ganadería estuvo ocupado por Wilson Ferreira Aldunate.
El proyecto que hacemos referencia propone limitar el derecho de los propietarios de la tierra… pero para los casos de plantaciones forestales… solamente… El sector forestal que ocupando un área inferior al 8% del total de la superficie del país, produce materia prima para el desarrollo exportador e industrial, y además, representa la mejor carta que tiene el país, para mitigar los gases de efecto invernadero -entre otros casos-, vinculados a la producción bovina (si interesa, se encontrará en los documentos presentados por el gobierno uruguayo ante los organismos de cambio climático).
Para no extender más la carta, nos limitaremos a calificar como despropósito el artículo que establece la desafectación de los padrones forestados, y aún más, la “corrección” que implica la eliminación de tocones e implantar una cobertura vegetal permanente…como obligación del productor. No tiene sentido como práctica productiva, ni de remediación de un impacto ambiental: qué pasaría si lo mismo se legisla para las canteras que se abren para la extracción de tosca para caminos ¿?
Se ningunea el conocimiento científico y técnico resultado de muchos años de investigación y de trabajo, y se desconocen los organismos rectores de la producción agropecuaria nacional.
En lugar de proponer medidas para que cada vez el país agropecuario sea más eficiente, se suman proyectos de ley para “podar” la forestación; el análisis de posibles razones para que esto suceda merecería otra carta; el objetivo de ésta es alertar sobre el peligro de actuar irresponsablemente.