@|En 1922, los hermanos Ángel, Lorenzo y José Salvo se plantearon construir un rascacielos y lo lograron.
Su construcción estuvo a cargo del arquitecto italiano Mario Palanti. La obra comenzó con una excavación de 15 m de profundidad que demandó 2 años, debido a la resistencia del piso.
El edificio debía ser a todo confort: ascensores, teléfono, aire acondicionado, mármoles de Carrara, granito alemán y las puertas de roble del Cáucaso.
Una vez terminada la obra en 1928, alcanzó una altura de 105 m, 27 plantas, 370 apartamentos y 6 ascensores. Entre los años 1928 y 1935, fue la torre más alta de Latinoamericana. En Argentina, Buenos Aires, un año después, en 1923, se comenzó a construir el Palacio Barolo por el mismo Arq. Mario Palanti, que sería su gemelo. Si bien es más bajo, ambos tenían en su cúpula unas Farolas que apuntaban al Río de la Plata. Ambas construcciones fueron realizadas en hormigón armado, ecléctico, con ornamentos sobrecargados.
El Palacio Salvo funcionó al principio como hotel, y en 1996 fue considerado Monumento Histórico Nacional.
Hoy se muestra este edificio a través de paseos guiados, comparando el antes y después. Una historia que sigue en pie, llena de misterios.