@|El Frente Amplio, autoproclamado partido defensor de la democracia y la libertad, critica que el gobierno respete la libertad de los uruguayos y que esa libertad se use con responsabilidad.
A cambio de esa libertad responsable (para trabajar, entre otras cosas) el gobierno pidió, una y otra vez, a los uruguayos que se cuidaran y cuidaran a los demás usando mascarillas, manteniendo distancia social e higiene, no haciendo reuniones, fiestas, ni aglomeraciones. Muchos (demasiados) no respetaron nada de eso, sumándole manifestaciones, fiestas, aglomeraciones (todo evitable) con las consecuencias dramáticas que están a la vista.
Cuando el gobierno, que siempre valoró el esfuerzo de los uruguayos, dijo que muchos no se cuidaron y fueron responsables de lo que sucedió, desde el FA se apeló a todo tipo de críticas, llegando a culpar al gobierno de contagios y muertes, de mal manejo de la pandemia y muchas cosas más.
Cuando iba todo bastante bien igual criticaban sin colaborar y se preparaban esperando la ola Covid.
Conclusión clara. Política falsa o ambigua.
El FA prefiere la prohibición a la libertad, pero no apoya prohibir y disolver aglomeraciones. No quiere que trabajemos, pero critica aumento de pobreza y desocupación. Recordemos que dejó decenas de miles de pobres, informales y alta desocupación. Quiere ayuda aquí y allá, quiere renta básica, pero no dice cómo se financia.
Si se recortan gastos critica; si se aumentan tarifas critica; si se aumentaran impuestos también criticaría. Pero no dice que dejó un 5% de déficit fiscal. Le interesa solamente desacreditar al gobierno, sin medir (o midiendo) las consecuencias sociales y democráticas de su accionar.
El país nos necesita a todos en el mismo tren, en este viaje difícil de luchar contra la pandemia, pero el Frente Amplio en vez de abordar, se quedó al borde de las vías apedreando a ese tren e incitando a apedrear. Esta historia ya la vimos.