Marcelo Gioscia Civitate | Montevideo
@|La nueva Cumbre de los Presidentes del Mercosur, ha vestido de fiesta a nuestra ciudad capital, donde nuestro país pudo exhibir una vez más, a la región y al mundo, la fortaleza de sus instituciones republicanas y democráticas. En este importante evento diplomático, la Unión Europea ha firmado a través de su representante, un acuerdo que debemos calificar de “histórico”, no sólo porque de por sí se trata de una decisión soberana entre los representantes del Mercosur del que somos parte, sino también para el conglomerado de naciones europeas que habrán de ponerlo en práctica. Bueno es recordar que, luego de un cuarto de siglo de negociaciones, se suscribe finalmente este acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, cuando nuestra República ejerce la Presidencia pro tempore (y a menos de tres meses del cambio de mando presidencial) del conjunto regional y dentro de Europa, aún se siente el recelo de algunos países. Sin perjuicio de dichos reparos -que provienen especialmente de productores agrícolas europeos- la representante de la Comisión Europea, destacó -con optimismo- el impacto que tendrá lo acordado asegurando a esos productores, que se han establecido “salvaguardas profundas para protegerlos”. Todos los Presidentes que lo suscribieron acompañando a nuestro mandatario en nombre del Mercosur, fueron contestes en señalar la trascendencia de la jornada que protagonizaron y la realidad de concretar un pacto histórico, largamente anhelado. Se busca avanzar desde lo acordado, en la apertura de nuevos mercados y desarrollo de potencialidades de desarrollo económico para el crecimiento y bienestar de nuestras poblaciones. Lograr este objetivo, de encaminar a este bloque de países latinoamericanos por el camino de la libertad y la prosperidad que brinda el trabajo y el intercambio de bienes y servicios, entre nuestros respectivos mercados con los Estados europeos, (y más adelante un TLC con China) supone avanzar en la flexibilización del bloque al que pertenecemos, supone habilitar nuestro crecimiento, el que en modo alguno pretende desconocer el “espíritu fundacional”, sino hacer un legítimo -como necesario- uso de las ventajas comparativas, que habrán de permitir un incremento de su potencial exportador, que beneficie a todos. El traspaso de la presidencia pro tempore del Mercosur supone a nuestro leal entender, seguir en ese rumbo en aras de lograr mejores oportunidades de crecimiento. Sin embargo no todo fue aquiescencia, ya que la Central de Trabajadores emitió un comunicado, rechazando la firma de este acuerdo con la Unión Europea, por entenderlo que se suscribió “a espaldas de los trabajadores”. La puesta en práctica de lo suscrito, será en definitiva quien ofrezca la certeza de quienes a la postre, serán los verdaderos beneficiados.