@|Reclamar un derecho es ejercer ese derecho. Y eso está muy bien. Más aún, es necesario hacerlo para que todos los posibles dañados por su falta asuman también la defensa.
Pero otra cosa es reclamar millones por haber participado activamente en una empresa, a todas luces, inviable y además, reclamar por haber tomado parte en esa fundición.
Si la capacidad de asombro tuviera límites, tal vez eso no sería tan preocupante. Pero luego de todo lo que sabemos de la regasificadora, este reclamo abunda en lo espantoso que fue tirar dinero en forma tan absurda, útil para otras cosas como por ejemplo los asentamientos.
El fallo de primera instancia no entra en estos asuntos porque no son del caso en esa materia, pero todos sabemos lo que pasó, incluida la reclamante. La vergüenza se tiene o no se tiene y cada quién deberá asumir lo que hace, con quién lo hace y el por qué de tal conducta. Y los que iniciaron este engendro deberían empezar a hacer "la vaca" para pagar este reclamo. ¿No le parece?