@|Uno de los rasgos que caracterizan a quienes predican la ideología izquierdista es su indeclinable persistencia en la mentira estudiada sobre un tema vinculante, lo cual va transformando la verdad en un relato a su medida que, en caso de no ser desmentido a tiempo, se va transfigurando para los ciudadanos en una creíble verdad.
Esa estrategia ha permitido introducir, en gran parte de la sociedad, flagrantes mentiras acomodadas a su albedrío. Así la historia relatada por la izquierda dice que los Tupamaros lucharon contra el ejército para evitar un golpe de Estado; que los que realizaron de “La toma de Pando” fueron héroes y lo festejan todos los años; que los detenidos desaparecidos fueron patriotas, cuando en realidad por su onírica intención de implantar revolucionarias ideologías en un país en democracia fueron la causa del advenimiento de un gobierno de facto; que los movimientos estudiantiles fueron consecuencia de la represión militar y que Liber Arce fue un buen estudiante, mártir de la juventud estudiantil.
Pasaron años y al asumir el poder la izquierda se suceden 15 años de gobierno del FA; conglomerado de todas las ideologías de izquierda vigentes en el país, tergiversando verdades y valores éticos hasta llegar al colmo de elegir presidente de todos los orientales a un guerrillero, José Mujica. Uno de los líderes del MLN Tupamaros, movimiento subversivo, causa de los indeseados y decadentes retrocesos de la democracia en Uruguay a partir de la década del 60’.
Durante esos 15 años, se siguió mintiendo, resolviendo a su capricho por mayorías parlamentarias, desoyendo el voto ciudadano y hasta se cambiaron los libros de texto de las escuelas, como en el cuento de “Los Pitufos y el Comunismo”, de Silvana Pera; tergiversando las verdades en el relato conveniente.
Hoy, el actual gobierno encaró con decisión la recuperación de la historia real buscando desmentir el relato y trayendo verdad y transparencia a la historia reciente.
La tarea no es fácil, pero todos los esfuerzos que se dediquen a ello no serán en vano.
Es tiempo de reivindicar verdades largamente desfiguradas; de reconocer los verdaderos culpables y los mártires inocentes que cayeron en la injusticia terrorista; de volver a enseñar la historia reciente en su real dimensión; de cambiar los libros de texto falseando historias; de eliminar prebendas y beneficios otorgados injustamente a quienes actuaron contra un gobierno democrático; de devolver al periodismo el lugar calificado que siempre tuvo y que momentáneamente está perdiendo por las mentiras de un malicioso informe a la cadena alemana Deutsche Welle.
El pueblo ya creyó en las verdades que dice el actual gobierno y bien lo demostró cuando desoyendo la interminable andanada de mentiras de la izquierda vernácula, votó su apoyo a la LUC… Ahora le toca al gobierno de Coalición Democrática completar la tarea, trayendo la verdad y la historia al sitio que nunca debió perder ante el artero relato.