Salvemos la temporada

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@|Los operadores turísticos ya auguran una temporada fulminante y no es para menos considerando la pandemia mundial y la situación económica de nuestros vecinos, especialmente los argentinos de quienes nuestro país se nutre en la temporada veraniega.

Ante esta situación entiendo hay dos salidas obvias: o bajar los brazos y perder, lo cual llevaría al cierre en cadena de establecimientos y comercios (hoteles, restaurantes, comercios en general) con la consabida pérdida laboral; o cambiar la mirada apelando a minimizar cualquier pérdida.

¿A qué me refiero con esto?

A que si los argentinos ya no están en condiciones de venir (al menos no como se esperaba), si abrir las fronteras para fomentar el turismo implica sanitariamente un alto riesgo, lo lógico es apelar al turismo interno, turismo que hasta ahora venía siendo descuidado en pro de conseguir turismo de afuera.

Para ello es necesaria la coordinación con el Ministerio correspondiente a efectos de otorgar ciertos beneficios a quienes realicen turismo interno (ej. peajes, descuentos de IVA en combustible, etc.); en tanto que los comerciantes deberán ajustar las tarifas a la realidad, no cobrando precios exuberantes por un almuerzo o una estadía, sino tendiendo al mutuo beneficio de partes que asegure al empresario no perder y al usuario apostar al país.

Creo que, hoy por hoy, con tanta dificultad económica, apelar al viejo refrán "más vale pájaro en mano que ciento volando" es preferible a quedarse sin nada.

Y quizás cambiemos la pisada favoreciendo a nuestra gente que, ante altos costos, prefería ir a gastar a los países vecinos en vez de disfrutar del nuestro.

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