Dra. Diva E. Puig | Montevideo
@|El art. 293 del CGP establece por Regla General la preceptividad de que “Antes de iniciar cualquier proceso deberá pedirse audiencia para intentar la conciliación con el futuro demandado, el que será citado en su domicilio (artículos 24 a 38 del Código Civil).
El juez intenta que las partes lleguen a un acuerdo.
Si no se logra, se labra un acta de inútil tentativa de conciliación”.
Días pasados, en oportunidad de concurrir, como abogada patrocinante del actor, a un juicio civil en un Juzgado de Paz de Montevideo, me vi sorprendida ya que mientras esperaba junto a mi patrocinado, en la puerta de la sala previamente indicada, apareció una funcionaria y nos dio un acta con “inútil tentativa de conciliación” para firmar. Por cierto que no había habido ninguna audiencia.
Pregunté a un colega que estaba a mi lado y me dijo que “estaba bien”.
Como realmente yo representaba a la parte actora, ya que no había sido posible llegar a un acuerdo, acepté firmar.
Desconocía esto y me enteré en dicha oportunidad, que estaba siendo “costumbre en ciertos juzgados hacer conciliaciones fictas”.
Esto merece un total rechazo. Las leyes en Uruguay están hechas para ser cumplidas.
Si se piensa que es un instrumento que puede ser evitado ya que al comenzar el juicio también se puede tentar la conciliación, parece correcto que se presente un proyecto de ley para eliminar dicha audiencia, pero jamás, que, sin ley, no se cumpla con lo preceptuado por la legislación vigente.
También me parece que si un testigo, como sucedió en ese juicio, declara que alguien le hizo un juicio por “X” cantidad de dinero y preguntado por mi en mi calidad de abogada patrocinante como dije ut supra, en qué juzgado, por qué causa y qué ficha, qué fecha, su respuesta fuera “eso búsquelo usted”, cuando quien acusaba era él. Entiendo que en un caso donde hay una acusación tan grave, la Sede debe intimar a presentar toda la prueba, porque quien acusa de algo tiene que presentar pruebas, regla número uno de la Justicia.
El tema, pues, se diluyó sin ninguna medida hacia ese testigo que hablaba sin pruebas y por lo tanto era pasible de ser un testigo que prestó “falso testimonio”. Entiendo que esto no puede suceder en una Justicia como la nuestra, que siempre se ha destacado por su total apego a la ley.