@| Aplaudo la propuesta del gobierno para invitar a extranjeros a residir con sus familias e invertir en Uruguay, como lo hice hace varias décadas. Pero encuentro que entre todas las dificultades y tropiezos que tendrán, se encuentra la infraestructura y los servicios públicos.
Y a colación, mi queja hacia Antel, que desde el 26 de mayo, me encuentro sin Internet. Tras un sinnúmero de reclamos, la única respuesta que recibimos es "Reiteramos su reclamo".
Soy padre de familia con hijas y nietas y tengo 89 años, lo cual tras el virus reinante debo "quedarme en casa" y la única movilidad es el uso del Internet.
Sigo pagando por este servicio para que el presidente y los empleados de la empresa continúen con sus honorarios y nosotros con nuestra queja.
Esto debería cambiar para no destruir la buena imagen, después de los 100 días de gobierno.