@|Y agobiante es el resultado de la reiteración insistente de la oposición y los medios amarillistas y cómplices, en seguir machacando sobre el tema administrativo que ha tenido como figura central a un guardia de la escolta presidencial. Un tema que el gobierno ha pasado rápidamente a la Fiscalía, para ser estudiado y dictaminar un fallo que castigue, según marque la ley, a quienes hayan incurrido en faltas que transgredan las leyes que nos rigen.
No me equivoco un ápice si afirmo que a más del 95% de la población no le mueve un pelo; a sabiendas de que no afecta la vida ciudadana, ni está en sus manos acercar siquiera una información y menos una solución.
Resolverá la Justicia, se castigará a los culpables, personajes oscuros, ocultos en las tinieblas de una política imperante desde hace más de 40 años; en la cual campea el amiguismo, el favor político, la gauchada y el pequeño acomodo, esbozo simplista de una pobre corrupción de escaso nivel que, inherente al ser humano, encuentra un ámbito propicio en el poder que otorga la actuación en política en nuestro pequeño Uruguay.
No dudo en afirmar que, aunque casi seguramente son muy pocos los políticos que están en condiciones de arrojar la primera piedra, gozamos en nuestro país de una Democracia envidiable, habida cuenta que una mirada hacia el entorno continental nos muestra. Por tanto, oposición y medios no pierdan tiempo en buscar cangrejos bajo la piedra.
Intentemos todos aportar algún granito de arena para resolver los verdaderos importantes temas que nos ocupan y el sentido común reclama: “la reforma del sistema jubilatorio”, “la reforma de la Educación” y (si le quedan fuerzas al gobierno para seguir luchando con los “molinos de viento” y la mala fe de la oposición) atacar “la reforma del Estado”, obeso hasta la morbidez, ineficiente y extremadamente oneroso.