@|Es sabido que un buen titular puede “vender”, incluso, una nota vacía de contenido o de dudosa calidad.
Ante la frase del Sr. Rafael Radi, de “bajar la llave general”, se encolumnó toda la oposición a repetirla sin más argumentos.
Seamos conscientes que no está solicitando apagar los interruptores de luz de distintas habitaciones, sino un apagón total. Todo.
Si tomáramos literalmente este pedido, sería nuestro final porque abarcaría, incluso, la inmediata suspensión de los cuidados de salud.
Me queda claro que éste no es el espíritu del mensaje y que lo que busca lograr es un fuerte llamado de atención en el gobierno y en la sociedad, para que se tomen medidas que reduzcan la movilidad, cerrando toda actividad que no sea considerada esencial.
Si bien suena convincente y de un impacto inmediato, un análisis más pormenorizado puede sorprendernos.
Primero debemos aceptar que hay una zona confusa en cuanto a definir la “esencialidad”, porque esto responde en algunos casos a algo subjetivo y circunstancial.
Por eso y para evitar toda especulación al respecto, voy a referirme a algo en lo que estamos todos de acuerdo y es que el autoservicio o supermercado del barrio debe funcionar sí o sí. Esto, influenciado por el titular, nos lleva a pensar que, “total, son sólo 12 o 15 personas que trabajan allí”.
Una reducción importante de la movilidad, ¿verdad? Nada mal.
Pero comencemos a analizar la realidad concentrándonos en principio en un solo rubro involucrado, por ejemplo los productos lácteos.
Es sabido que estos no los crea el mercado del barrio, o sea, lo traen decenas de distribuidores que transitan negocio por negocio y ellos a su vez lo transportan desde los centros logístico de distribución quienes, por su parte, los reciben en camiones que vienen desde la fábrica que industrializan la leche que reciben desde los tambos, a través de más medios de transporte.
Puf!!!, esto ya involucra muchas personas y no debemos olvidar que este proceso se repite en todos y cada uno de los restantes rubros, como ser productos cárnicos, avícolas, panificados, frutas y verduras, enlatados, arroz, pasta, artículos de higiene y limpieza, etc.
Pero como si esto fuera poco, para que todo funcione y los productos lleguen a su casa, como mínimo es imprescindible que grandes empresas como Ancap, UTE, Ose y Antel funcionen en su totalidad. Como vemos, detrás de esos 12 o 15 dependientes del mercado del barrio se mueven miles de personas. Agreguémosle otros trabajos considerados unánimemente esenciales, como ser la Salud, por ejemplo y entonces veremos que solo para el proceso de vacunación se movilizan diariamente más de 50 mil personas entre el personal y la población.
Y así podríamos continuar con muchos otros rubros o servicios “esenciales” y fácilmente llegaremos a centenas de miles de personas que se tiene que movilizar diariamente para que usted pueda quedarse en casa.