@| En una carta anterior comencé un análisis acerca de los referentes progresistas y su evolución. En ésta escribiré sobre la etapa Progresista: “el fin lo justifica”.
El radicalismo, el sectarismo dejaron de ser desconocidos y lejanos. Las agresiones verbales rápidamente lograron su nacionalización. Las actitudes respetuosas dejaron de ser naturales. La falta de ética no impidió exigir lo que antes no se otorgó. La conquista del poder desplazó el supremo fin de bien gobernar. La chacrita sustituyó al país. El erario público cambió de titular. Las “manos en la lata” dejaron de ser singulares. El dispendio, los gastos injustificados, las malas inversiones se hicieron frecuentes e impunes.
Los discursos seleccionaron los destinatarios, los contenidos y el lenguaje. La disconformidad de los carenciados, su latente ira y violencia fue aprovechada y explotada.
El mensaje dirigido a los “planchas” (los opuestos a los “chetos”, los de mejor posición económica), estaba cargado de términos despectivos y llenos de resentimiento. En su vocabulario surgieron palabras frecuentes e hirientes como: grieta (una fisura difícil de salvar), derecha (como sinónimo de fascista), liberal (como ladrón de derechos humanos), etc.
Los voceros de estos grupos ideológicos comenzaron a mostrar una llamativa coincidencia en la forma de practicar la oposición. La metodología ejercida parecía que seguía estas directivas:
· La máxima pugilista: mientras atacas al contrincante éste debe defenderse y no puede actuar;
· Oponerse a todo: sin determinar si es positivo y sin plantear su perfeccionamiento;
· La gobbeliana: Eine tausendmal wiederholte LŸge wird zur Wahrheit (Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad). La reiteración es un influyente recurso en la transmisión oral. En psicología es conocida como el efecto de “La ilusión de verdad”. La gente tiende a considerar lo que ha escuchado varias veces como más probable de ser cierto, lo sea o no, por estar más familiarizado con ello. Una variante es la sistemática controversia relato vs datos.
· Anular la objeción mayor derivando la atención en un asunto menor. Se contrarresta una censura estableciendo una dialéctica cuya táctica consiste en minimizar o anular el todo por la parte, guarde o no relación con lo discutido. Por ejemplo ante un caso de abuso policial se trae a colación el bajo salario de los uniformados y donde viven.
Dudo que su dirigencia lo ignorara, pero aprovechando la propagación de la violencia transmitida cotidiana y sistemáticamente a través de los medios masivos de comunicación, usufructuaron la saturación, exhumando planteos que se creían olvidados y postulados por:
- Jean-Pierre Faye en la “Sociología del lenguaje” donde trata los lenguajes totalitarios;
- Susan Sontag en la ”Trivialización del mal” donde analiza la indiferencia ante el dolor ajeno generado por la saturación de imágenes de destrucción y crímenes transmitidas por los medios masivos de comunicación en forma cotidiana, durante 24 hs, hasta generar un hábito e integrarlo en la rutina cotidiana;
- John B. Thompson que propuso repensar la ideología en los medios de comunicación masivos, destacando la influencia de aquellas emisiones que terminan anulando los mecanismos de defensa hasta convertir a los receptores en consumidores dependientes.
En la próxima carta me referiré a la etapa Pos Progresista. Continuará...