@|El operativo que culminó con la requisa en Francia de 600 kilogramos de cocaína de la mayor calidad, embarcada en nuestro país, fue el resultado de más de un año de investigaciones y pone al descubierto una vez más la “permeabilidad” de nuestras fronteras y el escaso o nulo proceder de quienes debieran controlar, tanto el ingreso como el egreso de mercaderías, a y desde nuestro territorio.
Así como el año pasado quedó al descubierto el ingreso a nuestro país de bolsos con dinero a través de un puerto cercano al de Carmelo, en el que se argumentaron hasta problemas de presupuesto para el ejercicio de los debidos controles de Aduana (donde se anunciaron investigaciones administrativas para deslindar responsabilidades); el caso que hoy pone a nuestro Uruguay en el tapete de las noticias, refiere lamentablemente a omisiones que debieran sancionarse con el máximo vigor.
Una vez más, queda de manifiesto la vigencia del “país del yo no fui” y cada uno de los responsables de estas tareas de control tendrán que asumir sus responsabilidades, pese a quien le pese. Pues si en algo debiera hacerse valer el “poder de imperio” es en el contralor de nuestras fronteras. Y el caso objeto de nuestra atención, involucra no sólo a la Dirección Nacional de Aduanas, dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas, en lo que hace al movimiento de cargas y valijas, sino también a la Fuerza Aérea Uruguaya, que a estar por las declaraciones del Ministro de Defensa Nacional, el embarque de este cargamento (valorado en más de 180 millones de euros) obedeció a una “omisión severa” la que está siendo objeto de investigación.
Resulta inaceptable para el ciudadano de a pie esta suerte de indolencia, cuando debieran extremarse los debidos controles por quienes poseen las atribuciones legales para actuar. Bueno es que la Fiscalía investigue y que lo haga también cada repartición pública involucrada, pues del buen funcionamiento de cada una de ellas, depende en suma el prestigio de la institucionalidad.
Causan preocupación las declaraciones del Presidente y Secretario General de la AFA (Asociación de Funcionarios Aduaneros), quien sostuvo que “no hay un solo funcionario aduanero en la pista de Carrasco con potestades de controlar la carga de un avión”, y al parecer por carecer de personal “solo se controlan los arribos” no las salidas. Hasta cuándo tendremos que soportar esta suerte de anomia, que deja en evidencia qué lejos estamos del “país de primera” que nos prometieron. También en esta materia hay mucho por hacer y con la tecnología existente hoy en día, parece imposible que no se haya podido detectar estas treinta maletas que contenían la millonaria carga requisada por los funcionarios europeos.
Por estas latitudes, aún no se ha podido advertir conexión o complicidad alguna en una maniobra de estas dimensiones. Urge que se conozca la verdad y sea posible proceder en consecuencia.