María Guillermina Coolighan | Montevideo
@|Así he decidido titular mi carta tomando prestadas las palabras que pronunciara el sacerdote a cargo en su homilía de la Santa Misa el pasado domingo 27/10, día de elecciones nacionales.
¿Por qué lo traigo a colación? Tal vez recordando cuando al ser elegido Presidente de la Nación, el Sr. José Mujica inició su discurso con estas palabras: “¡Educación, educación y más educación!”. Sonaba lindísimo hasta que los gremios de la enseñanza le hicieron saber que no era esto lo que estaba en sus planes, sino, tal vez: “ignorancia, ignorancia y más ignorancia”, de manera tal de poder manejar a su antojo a toda una juventud cada vez más adoctrinada hacia la izquierda.
Y esto que dijo el Sacerdote con la mejor de sus intenciones, ya cayó en saco roto, desde el mismo momento en que la Dra. Lustemberg, luego de ser mencionada por Álvaro Delgado en entrevista post elecciones, para eventualmente colaborar con el gobierno de Coalición que seguramente saldrá electo (quién se come ya la pastilla de que el FA está para juntar energías en pro del bienestar, ¡sobre todo de los niños!), se apresuró en contestar que nunca ayudaría a la Coalición en sus fines de mejorar por ejemplo a la infancia desfavorecida; olvidando que el Partido Nacional la ayudó a sacar una ley que justamente beneficiaba a dicho segmento social. Quedó clarísimo, entre el comité y los niños, su elección es obvia.
Cuando vayamos a elegir a nuestro nuevo Presidente, no olvidemos que el slogan “Honestidad infinita”, esgrimido por el Profesor Orsi y sus adláteres, se da de bruces con una Señora Topolansky que aseguró ver el título de Raúl Sendic (quien logró fundir Ancap, aunque este gobierno consiguió para el ente un superávit anual sostenido); no olvidemos los pilotes señalados por el Sr. Zabalza mostrando el paisaje del Río; al Ing. Martínez, ni las trapizondas del Sr. Sendoya, Placeres y tantos más. La Coalición de gobierno, dirán ellos, también tuvo un Astesiano, un Caram, todos ellos juzgados y pagando sus costos, justicia mediante.
Hay que ser responsable (¿o responsabla, Profesor Orsi dixit?) y elegir la trayectoria de quien tiene ya la experiencia y el know how del gobierno y no será seguramente un escollo el hecho de no tener la mayoría parlamentaria; no sería la primera vez que un gobierno tiene que navegar en aguas complicadas. Y esto obligará a transacciones forzosas, porque, como escuché que explicaba el Dr. Bordaberry ante una pregunta (para variar bastante impertinente de algún periodista), para las venias se necesitan los senadores, si estos las negaran, obligatoriamente seguirán en sus cargos los ya nombrados en el actual período. Por lo tanto, atrapados sin salida y conminados a negociar mal que les pese.
Párrafo aparte, me merece comentar que quien se cansó de decir que el Parlamento era una cueva de delincuentes, Dr. Salle, no solamente ahora pasará a formar parte de (sueldo incluido) sino que para el segundo puesto obtenido nombró nada menos que… a su hija!!! Lindo ejemplo, meterla en la nefasta cueva!!! Eso sí, bolsillo de la familia salvado!!!