Un Conejo Blanco | Montevideo
@|Se aproxima la fecha de las elecciones nacionales y pocas novedades aparecen en el panorama previo, luego de las definiciones de fórmulas resultantes de las Internas, salvo la tan solicitada presencia en las filas coloradas de Bordaberry. Finalmente ha decidido presentarse otra vez aspirando al Senado, lo cual fortalece al PC y a la Coalición, pues su nombre jerarquiza la decaída nómina de este cuerpo legislativo.
Tan decaída como la fórmula del FA, que de la lista de aspirantes al máximo cargo ejecutivo, su postulante parece pintado, sin atreverse a la más mínima confrontación, consciente de su debilidad intelectual y limitada dialéctica.
Su postulación no tendría lógica por antecedentes o méritos, y se justifica solamente en la pobreza de figuras de la izquierda vernácula y la ceguera ideológica de sus adherentes.
Pero además, lleva como compañía en la boleta a la polémica ex Intendente (de pobre gestión), aún pendiente del fallo de la Justicia por los despilfarros de su caprichosa soberbia en la obra del Antel Arena.
Como si fuera poco, algunos hechos del escenario regional complican aún más la fórmula del FA.
El plebiscito del PIT-CNT sobre la seguridad social, capricho sindicalista, populista y demagogo (imposible de solventar), la elección pasmosamente fraudulenta del dictador Maduro y el derrumbe estrepitoso de Alberto Fernández, el admirado ídolo (clase A) de Orsi, por corrupto y cínico abusador de su mujer, auguran ser cargas difícilmente sostenibles que, sin duda, incidirán en la decisión ciudadana.
Por lo expuesto, así como supe vaticinar el triunfo de Milei en Argentina, no dudo en sostener que la Coalición Republicana sostendrá cómodamente el gobierno, continuando el exitoso ciclo iniciado por Lacalle Pou, elogiado y envidiado en el ámbito regional.