@|Cada vez más los violentos nos obligan a no concurrir a los espectáculos deportivos.
No voy más; ni a ver a Uruguay, ya que separan las hinchadas dividiendo familias, amigos, compañeros de trabajo.
Los dirigentes de nuestro país demuestran no tener voluntad o falta de inteligencia.
La venta de entradas se hace en una red de cobranzas. Se debe vender una entrada por persona presentando cédula de identidad y constancia de domicilio a su nombre, recibo de sueldo y si no trabaja constancia del centro de estudios donde concurre. Con el número de cédula la policía puede averiguar en el BPS su lugar de trabajo. Si no tiene alguno de estos requisitos, no se le vende entradas.
Los menores de 10 años deben estar acompañados de un mayor con cédula de identidad.
Los partidos se miran sentados. Si se destrozan los baños, al tener todos los datos de los hinchas, estos serán los que paguen las reparaciones.
Dentro de los estadios que esté la Guardia Republicana, desde que se abran las puertas.
La primera vez que un sujeto sea detenido ingresará en la Lista Negra y por 10 años no puede concurrir a ningún espectáculo. Transcurrido esos años si reincide, la sanción es de por vida. Se odian en vísperas de un clásico, después son todos amigos.
Gran Bretaña los sacó de los estadios y se sacó el tejido perimetral. Ojalá que acá se pueda hacer. Con los dirigentes actuales tengo mis dudas.