@|Excusa preferida de los niños sin duda y por lo visto, en estos días, por algunos en apariencia más grandecitos.

Tales los casos de la Federación Ancap que niega responsabilidades por haber parado la refinería a su entera y sola voluntad y del PCU, por una imposibilidad impuesta a un correligionario venezolano por la dictadura de ese país.

Es curioso cómo la reacción se produce en la línea que Bertold Brecht expresó tan bien. ¡Les llegó el turno camaradas! ¡No aprendieron nada de su correligionario alemán!

Y los muchachos del combustible y el pórtland que creen en la inmortalidad del cangrejo (sin alusiones personales), ¿no piensan que hace tiempo se les fue la mano y todo el cuerpo? ¿O creen que, como con la Caducidad, a la que por decretito le pasaron por arriba al pueblo que dos veces la ratificó, su plebiscito es las Tablas de la Ley y no se puede modificar nunca más?
¿Qué van a hacer cuando se termine el uso de los combustibles fósiles? ¿Huelga por tiempo indeterminado?

Somos, o mejor dicho, deberíamos ser grandes y vacunados, también en estos asuntos. Y tomar en serio a todo el país. ¿No le parece?