Zaporiyia no es un juguete

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@|Después de finalizada la II Guerra Mundial, cuando por primera vez se habían utilizado armas nucleares, se puso énfasis en los usos pacíficos de esta nueva ciencia y el 8 de diciembre de 1953, el Presidente de EE.UU., Dwight Eisenhower, pronunció el célebre discurso “Átomos para la Paz” ante la Asamblea General de Naciones Unidas. En 1957 se creó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena, dentro del ámbito de NN.UU. cuyo objetivo es promover y controlar el uso de la energía atómica “para la paz, salud y prosperidad”. Coincidentemente Rusia es miembro de su Junta de Gobernadores para el período 2021-2022.

De ahí en más, se aprobaron numerosos tratados y convenciones para asegurar su uso pacífico, así como la no proliferación de armas nucleares.
En 1956 entró en operación el primer reactor de generación nucleoléctrica en Gran Bretaña y actualmente hay 442 reactores nucleares en el mundo y varios en construcción.

Una central nuclear es aquella instalación civil que genera energía eléctrica mediante la fisión nuclear, por ello se tiene especial cuidado en su diseño, construcción y uso para prevenir accidentes ya que la radiactividad produce efectos duraderos y perjudiciales para generaciones actuales y futuras y puede afectar a varios países. Debe tener varios niveles y métodos fiables de protección: (defensa en profundidad) safety (reducción de probabilidad de ocurrencia de accidentes y, en caso de que ocurran, mitigar sus consecuencias) y security (prevención de acciones no autorizadas garantizando que el control no sea negligente o que sea adquirido de manera inapropiada).

La central nuclear de Zaporiyia, situada en Ucrania, tiene seis reactores de 950 MWe cada uno y es la más grande de Europa. Genera la mitad de la energía eléctrica de Ucrania.

Por primera vez en la historia, una central nuclear es ocupada y rodeada por fuerzas militares. Los soldados rusos la ocuparon a principios de marzo de 2022. Desde dicha central se han producido varios bombardeos, lo cual ha llevado a que “esté completamente fuera de control” según Rafael Grossi, Director General del OIEA; y él, así como gobernantes de todo el mundo, piden reiteradamente a Rusia que los soldados se retiren de la central y que se autorice una misión del OIEA para comprobar su estado. Pero no sólo no se ha dado sino que la central nuclear se desconectó temporalmente de la red eléctrica de Ucrania, lo que implicó un mayor peligro de que ocurriera un accidente nuclear. Según el OIEA la causa se debió a un incendio en los pozos de ceniza y ya habían ocurrido otros con anterioridad.

Recordemos que el accidente en el reactor número 4 de la central nuclear de Chernobyl, en Ucrania (entonces perteneciente a la URSS) fue el más grave, grado 7 de la Escala INES y tuvo lugar el 26 de abril de 1986, ocurrido por un error humano, ya que operarios se encontraban realizando pruebas, pero habían desconectado el sistema de reserva, lo que implicó que el reactor explotara y se incendiara y con ello liberara grandes cantidades de partículas radiactivas a la atmósfera. Sus efectos se dieron en prácticamente todo el hemisferio Norte debido a la dirección de los vientos.

Se calcula que se liberaron siete toneladas de combustible nuclear. Fue 100 veces mayor que la bomba de Hiroshima.

La OMS calcula que en total murieron unas 4.000 personas, entre ellos muchos liquidadores que es el personal encargado de realizar tareas en la zona. Pero es posible que muchos más fallecieran años después como consecuencia de los efectos de las radiaciones ionizantes en su salud, cáncer fundamentalmente. El suelo permaneció y permanece radiactivo en la zona de exclusión de 30 kilómetros. Causó la radiactividad no sólo en los suelos de Ucrania sino también de otros países, muchas personas irradiadas, muertas, pérdida de hogares y tierras para agricultura o ganadería , efectos económicos y psicológicos; y que Ucrania fuera vista con temor e indignación.

Por todo ello, lo que está haciendo Putin con las centrales nucleares (anteriormente había tomado Chernobyl pero después la devolvió) es incalificable y sienta un precedente muy peligroso, borrando años de trabajo en Tratados y Convenciones y salvaguardias del OIEA.

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