A medida que nos acercamos al domingo en que finalmente podremos expresar nuestro voto, el panorama político en nuestro país se va aclarando y las definiciones comienzan a tomar forma. En este contexto, la Coalición Republicana, y particularmente su principal candidato Álvaro Delgado se perfilan con fuerza hacia la recta final de la campaña.
Delgado ha logrado lo que otros aspirantes a la presidencia de la República no pueden alcanzar: un mensaje claro, con propuestas concretas que abordan las preocupaciones más urgentes de los uruguayos. Su campaña no se ha limitado a promesas vacías, sino que ha presentado soluciones tangibles en áreas críticas como la seguridad, el empleo y la modernización del Estado. Cada propuesta está acompañada de un plan claro, y esto ha sido determinante para consolidar su imagen como un líder confiable, capaz de llevar a Uruguay a ser el país más desarrollado de América Latina.
El cierre de campaña de Delgado ha sido, sin duda, contundente. Con un enfoque en la realidad de los problemas que enfrentan los uruguayos, ha conseguido conectar con amplios sectores de la sociedad que buscan mantener el rumbo del actual gobierno, con iniciativas de mejoras en algunos asuntos a partir del primer piso de transformaciones construido por el gobierno de Luis Lacalle Pou. Las últimas semanas han demostrado que la Coalición Republicana cobra fuerza encuesta tras encuesta y, al mismo tiempo, ha demostrado que tiene la visión para liderar el país en un momento clave de su historia. Delgado ha logrado presentarse como el candidato de la estabilidad, el crecimiento y el futuro con certezas y eso lo vienen reconociendo propios y ajenos.
En contraste, el Frente Amplio, con Yamandú Orsi a la cabeza, ha mostrado vacilaciones preocupantes. Orsi ha sufrido tropezones serios durante su campaña, especialmente en las entrevistas, donde ha quedado en evidencia su falta de preparación y consistencia en los temas más relevantes para la vida de los uruguayos. Cada intervención ha terminado debilitando su imagen, dejando una sensación de falta de rumbo y de claridad en su liderazgo. El Frente Amplio de 2024 no es el que ganó tres elecciones al hilo, muestra un desgaste importante, falta de conexión con la realidad y un crecimiento sumamente preocupante de los sectores radicales. Más allá del sentido común de Oddone, preocupa que la izquierda populista y demagógica, de escasas convicciones democráticas vaya a ser la mayoritaria dentro del bloque opositor.
Un factor clave que podría definir estas elecciones es la posibilidad real de que la Coalición Republicana logre una mayoría parlamentaria en la primera vuelta, un escenario que aparece cada vez más cercano en el horizonte. Los últimos sondeos sugieren un crecimiento constante en la intención de voto hacia los partidos del oficialismo lo que podría permitirle asegurar una mayoría en ambas cámaras. Este es- cenario no solo facilitaría la gobernabilidad, sino que también permitiría a Álvaro Delgado implementar con mayor rapidez y eficacia su agenda de reformas, en claro contraste con el Frente. La obtención de la mayoría parlamentaria sería un paso fundamental para garantizar la estabilidad política del país, ya que brindaría a la Coalición el respaldo necesario para impulsar las medidas que tantos uruguayos reclaman, sin depender de alianzas complejas o de negociaciones interminables. Con este respaldo, la Coalición Republicana podría dar el salto hacia el desarrollo desde el primer día, sentando las bases para un gobierno dinámico y eficaz.
Estamos en tiempo de definiciones, y el país lo siente. El viento del cambio comienza a soplar con fuerza, despejando las nubes de incertidumbre y abriendo paso a un cielo azul límpido, donde se vislumbra un horizonte de oportunidades. La elección de este domingo será crucial para definir el rumbo del país, y todo parece indicar que la Coalición Republicana y Álvaro Delgado se encuentran en el camino correcto para liderar el futuro de Uruguay. Es momento de apostar por la concreción y la claridad, por un liderazgo que inspire confianza y que ofrezca soluciones reales.
Uruguay necesita hoy, más que nunca, certezas y capacidad de gestión. El cierre de campaña de Delgado refleja exactamente eso: una visión coherente, comprometida y optimista, que puede guiar a los uruguayos hacia un porvenir lleno de posibilidades. La decisión, afortunadamente, está en manos de nuestro pueblo, que una vez más demostrará su sentido común y sensatez.