El caso Andrade

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El programa Santo y Seña de Canal 4 del pasado domingo difundió información relevante sobre el senador Óscar Andrade desconocida hasta el momento.

Andrade construyó su casa de balneario en San Luis, departamento de Canelones, sin realizar los trámites correspondientes en la Intendencia de Canelones, donde el terreno sigue figurando como baldío, nunca pagó la contribución inmobiliaria, aún la correspondiente a un baldío y nunca registró la obra en BPS.

A partir de que se conoció la novedad se cruzaron diversas opiniones que resultaron más interesantes que el propio caso en sí mismo, demostrativas de la podredumbre moral que sufre el Frente Amplio.

Resulta que Andrade compró un terreno en el balneario San Luis en 2011 y nunca pagó la contribución inmobiliaria, pese a que no superaba los $ 200. Su excusa es que era pobre, pero se ve que tan pobre no era porque en ese mismo momento compró el terreno, algo a lo que muchos uruguayos no pueden acceder. Luego fue diputado, y más recientemente senador, por lo que Andrade, en realidad, dista mucho de la imagen de pobre que quiere proyectar, por el contrario, por sus ingresos se encuentra en el decil más rico de la población de nuestro país.

Luego arguye que comenzó a construir la casa sin tener dinero para los planos ni la módica inscripción en BPS, donde pudo haber declarado que lo hacía sin pagar salarios y su contribución hubiera sido modesta. De nuevo el doble rasero, Andrade no tenía recursos para pagar tributos y contribuciones al Estado pero sí para comprar materiales y demás costos para edificar una casa.

Al día de hoy, resulta que Andrade tiene una casa de 2 pisos en la costa de oro de Canelones por la que nunca realizó el pago de contribución, mantiene una deuda con la Intendencia, la defraudó en tanto nunca declaró que dejó de ser un baldío para tener una vivienda, no realizó los registros correspondientes en BPS por lo que el trabajo se realizó sin los aportes correspondientes y todo esto teniendo un ingreso muy superior al de la enorme mayoría de los uruguayos.

La patética defensa que ensayó es de mala telenovela venezolana. Resulta que es una víctima de un complot de la derecha internacional, la CIA, y los medios que quieren destruirlo. Bastaría con decir que ya se destruyó a sí mismo con el acuerdo que hizo con Cosse y que ahora son ella u Orsi los candidatos en carrera del Frente Amplio, pero hay más. No asumir los propios errores, más aún cuando se cometen faltas, más aún cuando se es una figura pública tiene efectos morales perversos.

¿Con qué cara Andrade y quienes lo han defendiendo ahora pueden decirle a los ciudadanos que hay que pagar los impuestos? ¿No se supone que la solidaridad que debe practicar el Estado se sostiene con el aporte de los que ganan más, como es el caso de Andrade? ¿A que viene la farsa de decir que es pobre cuando no lo es? ¿Qué consecuencias tiene para la credibilidad de los políticos la defensa ciega de quien no lo merece?

¿Resulta entonces que cada uno puede escoger a qué entidad dona dinero y eso sustituye el pago de impuestos? ¡Ni Milton Friedman se animó a tanto neoliberalismo individualista!

El tema se podría haber solucionado de forma simple si Andrade hubiera dicho que se equivocó y que va a asumir sus deudas y sus faltas antes el Estado. Prefirió sin embargo decir que está bien no cumplir las leyes, algo inexcusable en un legislador. Más insólito aún resulta que lo defienda la intendenta Carolina Cosse. ¿Cómo podrá ahora exigir el pago de los tributos municipales si defiende a quien no los paga? ¿Está bien no pagar impuestos si uno es un pobre que solo gana unos 100.000 pesos líquidos descontando las donaciones que dice realizar?

Otro argumento absurdo utilizado por la dirigencia frentista que salió a defender el prontuario de Andrade es que no pudo pagar los impuestos porque dona buena parte de sus ingresos. ¿Resulta entonces que cada uno puede escoger a qué entidad dona dinero y eso sustituye el pago de impuestos? ¡Ni Milton Friedman se animó a tanto neoliberalismo individualista!

Lo más penoso del caso no es que un senador tenga cuentas que saldar con el Estado, es que su partido lo respalde in totum. No hubo lugar siquiera para la autocrítica, arguyen que Andrade estuvo perfecto y está bien no pagar impuestos y burlar al BPS porque mienten que era pobre. Flaco favor le hace a la democracia el Frente Amplio que ampara cualquier conducta para defender a uno de los suyos.

Así comenzaron con Sendic, luego ante la evidencia descomunal tuvieron que tirarlo por la borda y culminaron con el desbarranque electoral de 2019. Parece que no se aprendió nada.

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