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A pesar de las malas noticias que abundan, desde la cruel invasión a Ucrania y las negativas repercusiones económicas mundiales, sumadas al sufrimiento del valiente pueblo ucraniano, es un alivio poder hablar de buenas nuevas, de vez en cuando.
Por ejemplo en nuestro país, más allá de todos los problemas que a diario debe enfrentar el gobierno, ya sea internos o exógenos como la guerra, reales o cocinados por una oposición que no da tregua, con tal de llenar de piedras el camino.
Así como el Uruguay fue considerado en cierto período del siglo pasado, la Suiza de América y no precisamente por sus lagos y montañas, sino como una respetable plaza financiera, en la actualidad hay buenos motivos para aspirar a ser un “cluster tecnológico”. Seguir creciendo en el área de servicios, de las TIC, del software, como lo viene haciendo desde hace años. Se trata de una actividad que no para de crecer, gran demandante de empleos y generadora de divisas. Estados Unidos, que es el mayor comprador de tecnología a nivel mundial, (a diferencia de China nuestro principal cliente en commodities), es el más importante socio comercial de Uruguay en servicios TI. Un área que para nosotros ni existía 30 o 40 años atrás y que sin embargo en la actualidad representa a uno de los sectores más dinámicos, con una característica nada despreciable. Ser gran generadora de empleo. Al punto que la tasa de desempleo es inexistente y el problema es al revés. Falta mano de obra calificada.
Uruguay se encuentra entre los primeros en América Latina en exportaciones de este rubro en continua expansión. Los años de pandemia, al contrario del golpe que significó para otras actividades, incentivó su crecimiento un 36% en el 2020 y los EE.UU. compran el 75% de las exportaciones totales. El Reino Unido lo sigue de lejos con un 5% y más abajo Chile, España y México, así como varios otros que andan por el 1%, ejemplo de Canadá, Perú, Argentina, Colombia y Paraguay. La venta de servicios TI en 2020 llegó a los US$ 858 millones, de los cuales US$ 211 fueron para el mercado local, sin contar las ventas de datos de Antel, siendo un hecho constatado que los precios que se pagan en el exterior son mucho más atractivos que los del mercado interno.
En este año el ecosistema empresarial vernáculo ha tenido movimientos más que interesantes. Unos meses atrás llegó la noticia de que la firma DLocal había logrado colocarse en el podio de los “unicornios”. De acuerdo a la terminología del sector, una firma que ha alcanzado una valuación de 1000 millones de dólares. Y tras su salida en el Nasdaq, trepó vertiginosamente a una cifra inimaginable para cualquier uruguayo promedio. A los 60 mil millones de dólares.
Guibert fue Presidente de la filial argentina de Endeavor, conexión que facilita las relaciones de unos y otros, el intercambio de conocimientos, etc. No por casualidad, muchos de los nombres que trascienden en esa área, son parte de esa estimulante cofradía.
Hace 2 o 3 días se supo de otra novedad que causó impacto dentro y fuera del ecosistema. La compra de GeneXus por parte de la compañía tecnológica argentina Globant. Para dar una idea, ésta emplea a 23000 personas y tiene oficinas en 18 países. Con esta operación, la compradora se ha convertido en una de las primeras empresas líderes, en invertir en una plataforma “low-code” (desarrollo de aplicaciones sin código) o sea, mayor rapidez de alta calidad. Por su lado, la uruguaya tiene la particularidad de haberse hecho muy conocida entre los orientales, más allá del ambiente tecnológico-empresarial, habitualmente circunscripto a ese indescifrable mundo del internet, de lo virtual, de las plataformas, de los chips, de los bytes, de las velocidades, de las encriptaciones o las amenazas de los hackers.
Cuando estábamos en plena debacle sanitaria, GeneXus se hizo cargo de un indispensable aggiornamiento tecnológico para colaborar en el combate a la pandemia. Así nació el famoso “Coronavirusuy”, al mejor estilo primer mundo, para agendarse para la vacunación, para registrar las inoculaciones y las que vendrán o no, para viajar, para ir a eventos, etc. Los fundadores de esta empresa, de las más grandes del ámbito tecnológico nacional considerando producción y niveles de empleo, son Nicolás Jodal y Breogan Gonda, quienes seguirán en alguna forma vinculados. Los creadores de Globant, los argentinos Martín Migoya y Guibert Englebienne, quien es parte de esa corriente de argentinos que ha elegido a Uruguay como base de su vida y su trabajo, tienen un lazo común que viene de largo con los uruguayos; la red de emprendedores Endeavor. Guibert fue Presidente de la filial argentina.
Una conexión que facilita las relaciones de unos y otros, el intercambio de conocimientos, etc. No por casualidad, muchos de los nombres que trascienden en esa área, son parte de esa estimulante cofradía.