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Como cada último viernes del año, en nuestro editorial de hoy no podía faltar el repaso de las frases más significativas que se pronunciaron a lo largo de este movido 2021.
Algunas pueden resultar ahora hasta graciosas, por la manera como revelan una absoluta distorsión en la interpretación de la realidad. Tal fue el caso del diputado frenteamplista Felipe Carballo, cuando pontificó en abril que “el ministro Salinas debe renunciar. Su incapacidad de mando es notoria”. Mientras tanto, las encuestas marcaban una aprobación a Salinas del 75%.
Su correligionario, el exsenador Rafael Michelini, también se mandó un gazapo para la mejor historia. Advirtió que si el gobierno no extendía el plazo para sumar voluntades contra la Luc, “nosotros vamos a ir a juntar las firmas a los barrios y nos aglomeraremos”.
La determinación del gobierno de “mantener encendidos los motores de la economía”, a decir de la ministra Arbeleche, fue duramente criticada por la oposición, en su reclamo constante de paralización total de actividades y subsidios a troche y moche. El exvicepresidente y exministro Danilo Astori declaró a radio Sarandí, en enero, una frase que también deberá quedar en los anales de la historia del voluntarismo: “no hay que tener miedo de gastar”. ¡Y vaya si ellos no tuvieron miedo! ¡Si hasta fueron capaces de hacer quebrar a Ancap!
También podríamos citar una frase de uno de los concurrentes más asiduos a este repaso anual, el expresidente José Mujica. Consultado por Búsqueda sobre si se hallaba responsable de fomentar el odio y la grieta, respondió que se sentía “una víctima. Porque son ellos los que se sintieron ofendidos porque un tipo de abajo, distinto, les ocupó el lugar de presidente, que creen que les pertenece a sus familias y a los apellidos fundadores de este país”. Su continuador, el senador Alejandro Sánchez, evocó la sanguinaria toma de Pando de 1969, (perpetrada cuatro años antes del golpe de Estado), rindiendo homenaje a “todos y todas las compañeras que cayeron resistiendo la dictadura”. Cero en Historia.
Pero por suerte la mediocridad y la manipulación no se ha impuesto sobre la probidad en el ejercicio del gobierno. Y si algo ha caracterizado al presidente Lacalle ha sido una peculiar elocuencia en la defensa de sus ideas y acciones.
“Levante la mano el que quiere que a Uruguay le vaya mal”, respondió a fines de enero, ante la presión de una parte de la oposición, que pretendía aprovechar políticamente la tragedia.
“Otros están para fabricar titulares, nosotros estamos para gobernar”.
“Nosotros accionamos, no reaccionamos”.
“Soy el presidente aún de los que se dedican a caranchear”.
Y hubo otra máxima de particular hondura filosófica, que también influyó decididamente en la aprobación mayoritaria de la ciudadanía a su gestión. Cuando algunos dirigentes del FA incurrieron en un insólito cuestionamiento al concepto de libertad responsable, el presidente fue claro: “si fracasa la libertad responsable, fracasa la humanidad”.
Tal vez uno de sus mejores momentos comunicacionales se dio en el intercambio con el dictador cubano Miguel Díaz-Canel, en el marco de la cumbre de jefes de Estado de la CELAC. Después de que Lacalle denunciara fuerte y claro el atropello a las libertades que padecen los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, parece que algún atormentado frenteamplista entregó un papelito a Díaz-Canel sugiriéndole que echara en cara del presidente uruguayo el éxito de la campaña contra la LUC. Su respuesta espontánea fue festejada como un gol por los pueblos oprimidos de esas satrapías latinoamericanas: “en mi país, por suerte la oposición puede juntar firmas”.
Varias declaraciones de integrantes de la coalición han sido ejemplos de combate eficiente el viejo discurso gramsciano, ya no más hegemónico, obrando en favor del cambio cultural que la ciudadanía estaba pidiendo a gritos.
Otras declaraciones inolvidables de integrantes de la coalición: la comparación precisa del ministro Pablo Mieres sobre la conducta opositora: “un niño con los ojos vendados tirando palazos para pegarle a la piñata, pero siempre le erra”. Y la fina ironía del ministro Javier García argumentando al diputado comunista Gerardo Núñez, a favor de la adquisición de los aviones que trajeron equipamiento para refrigerar las vacunas: “el brazo puede ser izquierdo, pero la vacuna es americana”.
Han sido distintos ejemplos de combate eficiente al viejo discurso gramsciano, ya no más hegemónico, obrando en favor de un cambio cultural que la ciudadanía estaba pidiendo a gritos.
No podía sintetizarlo mejor el escritor Mario Vargas Llosa a principios de este mes, en un seminario internacional: “Todo el continente está amenazado, salvo Uruguay, que representa el verdadero progreso”.
¡Feliz 2022!