Se está terminando este gobierno que tuvo como principal prioridad mejorar la seguridad pública. Se acaban de publicar los resultados generales de denuncias de los principales delitos para el año 2024, es decir, el último año completo de la gestión de la administración Lacalle Pou. Como habrá alternancia, y como el Frente Amplio (FA) fijará cambios en la política de seguridad tras haber sido muy crítico con el rumbo de estos años en este sentido, importa dejar en claro cuáles son los datos de 2024 y compararlos con los índices del último año de gobierno del FA en la administración de Vázquez, es decir, 2019.
La evolución general sólo puede ser calificada de positiva. Bajaron todos los delitos importantes en 2024 con respecto a 2019. Importa tener las cifras claras: en rapiñas consumadas fueron 28.486 en total en 2019, y bajaron a 17.480 en 2024; en hurtos se pasó de 139.623 consumados en 2019 a 107.845 en 2024; en homicidios, el país bajó de 394 hace cinco años a 377 en 2024.
Hay que destacar que se trata de cifras oficiales y que en todos los casos son denuncias, por lo que se está comparando el mismo fenómeno cada vez. Todas las disquisiciones de mala fe que durante estos años la izquierda en la oposición intentó extender en la opinión pública deben ser pues dejadas de lado: ni hubo manipulación de datos, ya que se trata del mismo organismo que contabiliza los hechos tanto en 2019 como en 2024 ni es válido suponer que los eventos denunciados no son representativos de la inmensa mayoría de los delitos que efectivamente ocurren, ya que en ambos casos separados por un lustro estamos ante los datos oficiales de denuncias de los delitos.
Así las cosas, la baja en rapiñas es aproximadamente del 40% y del 25% en hurtos. Los porcentajes son llamativos por dos motivos. En primer lugar, porque se trata de una merma importante en sí: se mejoró la situación llevándola a guarismos similares a los de 2017, cuando hubo cerca de 18.000 rapiñas consumadas denunciadas y 114.500 hurtos. Esto quiere decir que en definitiva este gobierno de Coalición Republicana fue exitoso en enfrentar el delito, aunque evidentemente el punto de inicio en marzo de 2020 era tan malo que quedó mucho por hacer para poder siquiera lograr vivir en un país seguro, en comparación internacional.
En segundo lugar, esos porcentajes son relevantes, ya que cuando Vázquez fue reelecto en 2014, prometió bajar hurtos y rapiñas en un 30% y, lejos de lograrlo, sufrimos entre 2015 y 2019 la peor involución en materia de seguridad de la que se tenga memoria en el país. En concreto, pues, bajar la inseguridad concerniente a esos delitos y en porcentajes importantes era posible, pero siempre que se utilizaran herramientas distintas a las preferidas por la izquierda. Más aún: si se mantuviera la tendencia exitosa fijada por el gobierno de Lacalle Pou, sin duda alguna, en 2030 estaríamos logrando alcanzar cifras de rapiñas y hurtos menores a las de 2005, que fue el año de inicio de la era progresista y de explosión del crecimiento de la inseguridad en el país.
Finalmente, los datos de homicidios son preocupantes.
No solamente porque bajaron poco con respecto a los de 2019, sino porque son cifras muy altas que se vienen repitiendo desde hace varios años. En comparación, mientras hace más de siete años que Uruguay presenta tasas de homicidios superiores a 10 de cada 100.000 habitantes, Argentina de Milei acaba de presentar resultados que muestran que bajó de 4,4 a 3,8 cada 100.000 habitantes entre 2023 y 2024: una mejora que nos ilustra hasta qué punto estamos lejos de obtener resultados satisfactorios en Uruguay. La comparación es muy fuerte: si tuviéramos la tasa argentina, nuestra cantidad de asesinatos sería del entorno de 130 por año en vez de los 377 que sufrimos en 2024.
El pueblo votó una alternancia. El FA, que llegará al poder en marzo próximo, qué tan crítico fue de la gestión en seguridad de la administración de Lacalle Pou, a pesar de sus buenos resultados obtenidos, deberá no solamente mantener la tendencia a la baja ya lograda en todos los delitos, sino también bajar radicalmente la cantidad de asesinatos que ocurren en el país. Un objetivo claro es intentar alcanzar los guarismos de Argentina en homicidios, por ejemplo, para 2030; otro objetivo exigible y plenamente posible es que haya menos de 9.000 rapiñas por año hacia el final del quinquenio.
Estos son los datos de seguridad que hereda el FA en el poder. A partir de ellos se podrá evaluar su gestión de gobierno.