Milei y Trump

Compartir esta noticia

La enorme mayoría de los análisis de los resultados electorales de la presidencial argentina de hace prácticamente un año atrás y del triunfo amplísimo de Trump el pasado 5 de noviembre adolecen del mismo problema: parados desde un lugar de superioridad moral o de desdén elitista acerca de lo que efectivamente votó la mayoría, critican una especie de crisis democrática y evolución hacia autoritarismos peligrosos.

El tema es que más allá de esas limitaciones ideologizadas que terminan conformando una especie de sentido común que es el que explica (mal) lo que efectivamente ocurre en nuestra región, lo que resulta realmente importante, desde Uruguay, es ser pragmático, es decir, tomar conciencia del enorme cambio de época que abrieron estos dos triunfos presidenciales.

En primer lugar, hay algo concreto y que refiere a la salida de la crisis que ha emprendido Argentina desde diciembre de 2023: un Estados Unidos (EEUU) al mando de Trump y que reconoce en Buenos Aires a un socio relevante alineado con Washington implicará ayudas sustantivas para nuestro vecino de allende el Plata. No solamente en lo más inmediato, que hace por ejemplo a la posición del FMI con respecto al programa de estabilización de Milei y a la liberalización de fondos que ayuden a que Buenos Aires acelere su salida del cepo cambiario. Sino también en el mediano plazo, con dos dimensiones fundamentales para el desarrollo argentino: una liberalización del comercio bilateral y una expansión de las inversiones de EEUU en Argentina.

En segundo lugar, importa salir del conocido trillo del análisis superficial que cree que el EEUU de Trump será antes que nada un país proteccionista y cerrado sobre sí mismo. En realidad, a poco que se entienda algo de geopolítica se verá que lo que hará Washington es retomar con vigor una estrategia mucho más sustancial: lo que está en juego, en efecto, es la supremacía del siglo XXI en el enfrentamiento de potencias EEUU-China. En este escenario global tan relevante, no es que el realismo internacional de Trump vaya a operar un encierro comercial por razones ideológicas, sino que definirá campos de aliados fundamentales en el mundo para afrontar esa batalla que es mucho más civilizatoria y de largo plazo de lo que se cree.

No se trata aquí de apoyar o criticar esta visión republicana liderada por Trump. Se trata de entender que ese es el rumbo marcado fuertemente para los próximos años por la principal potencia mundial, y que en ese sentido la Argentina de Milei, alineada con Israel, defensora de los valores clásicos de Occidente desde la época de Locke -vida, libertad y propiedad-, y también principalísima defensora en nuestra región de esta concepción geopolítica y valórica que predominará en Washington, se transforma así en uno de los principales aliados de Trump a nivel mundial.

No es en balde, por ejemplo, que otro aliado sustantivo de Washington, como es la Italia de Meloni, haya tenido una reunión bilateral con Milei pos G-20 en Brasil, viajando a Argentina: hay allí convergencias políticas, culturales, económicas y sistémicas entre Washington, Roma y Buenos Aires que, definitivamente, no pueden pasarnos desapercibidas. Y se trata de un asunto mayor, ya que quien queda indirectamente involucrado con todo esto es el Mercosur.

En efecto, si la Argentina de Milei acelera su normalización económica gracias a un empujón favorable de Washington; si avanza en una liberalización comercial bilateral con EEUU a partir de una alianza estratégica Buenos Aires-Washington fundada en visiones internacionales y geopolíticas concordantes; y si recibe inversiones productivas que desarrollen sectores claves de su economía -como el energético, por ejemplo- en asociaciones no solo con actores estadounidenses sino también con actores relevantes de una potencia económica como la italiana, que hoy en día es el cuarto exportador del mundo (por encima de Japón): ¿cómo eludir desde Uruguay este cambio vertiginoso en las condiciones generales de un Mercosur encerrado en sí mismo y al servicio de los intereses geopolíticos brasileños como es el que hemos tenido en las últimas dos décadas?

Nuestro crecimiento precisa de una apertura internacional que Milei comparte como motor para el salto que debe dar Argentina en desarrollo e inversión. Trump tendrá a Milei como gran aliado en la región. Importa mucho ser conscientes de todo esto para no quedarnos con folletines atrasados e ideologizados que nos impidan entender hacia dónde va el mundo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar