Los taxis pueden flotar” había dicho el meteorólogo Guillermo Ramis cuando la tormenta del 1° de diciembre era inminente. Y no eran solo los taxis los que podían flotar: todo aquel automóvil que anduviera en las inmediaciones de la estación del ferrocarril corría serios riegos de convertirse en una lancha, aunque zafaba del submarino.
Y bueno, eso fue lo que ocurrió. En la ciudad capital del Uruguay que es manejada por el Frente Amplio desde el año 1990 en forma ininterrumpida gracias al voto de los montevideanos. No pueden protestar mucho porque les han puesto a su disposición todas las mayorías constitucionales que se exigen para gobernar a su antojo sin mayores dificultades, y sin necesidad de buscar acuerdos con otros sectores políticos.
Hace 33 años que gobiernan y fueron incapaces de solucionar algo tan urgente en una ciudad como es sobrevivir a una fuerte lluvia. El dinero -que ingresa en abundancia- se gasta en otras cuestiones, porque que la ciudad se inunde -en el centro bajo agua y en los asentamientos de la periferia bajo la basura- no es prioridad para la intendenta de Montevideo.
La Intendencia de Montevideo recauda por año unos 800 millones de dólares (la misma cifra, pero en negativa que dejó Sendic en Ancap y el lío que se le armó), lo que significa que ingresan por día de lunes a domingo alrededor de US$ 2.500.000. Según cifras manejadas por la intendenta Cosse, las obras para evitar las inundaciones tendrían un costo aproximado de US$ 25.000.000, lo que significa que con la recaudación de 10 días se puede arreglar el problema. Pero no, le parece más fácil que si la cosa viene mal, “vamos a cortar el tránsito y vamos a anunciar de manera automática por WhatsApp a las personas que manejan para evitar ese cruce”.
Sin comentarios, porque lo que dice es derecho viejo un espanto. Por suerte los informes de meteorología que anunciaban una repetición del fenómeno finalmente quedaron sin efecto. Al menos por ahora. Pero ya que estamos con Cosse vamos a ver -de paso- otros temitas que hacen a la comuna capitalina y que pintan cada vez peor.
Ahí tenemos a la Comisión del Patrimonio que evalúa ir a la Justicia contra la IMM por el abandono y situación dramática en los cementerios. Lápidas quebradas y en el suelo, tachos de basura con escombros y ramas, estatuas sin cabeza o sin alguna extremidad, rejas oxidadas y vitrós con vidrios rotos. Ese es el panorama del Cementerio Central que se encuentra protegido por ley por considerarse monumento histórico nacional.
Pero este lugar, enclavado en el medio del Barrio Sur y que está próximo a cumplir 190 años, luce demasiado descuidado y no es el único cementerio. Todo lo contrario. Prácticamente que la unanimidad de ellos están en la mismas condiciones como ha señalado el Arq. William Rey, director general de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación.
El tema de la ciclovía por 18 de Julio también merece la atención.
Desde que se anunció su instalación, todos los sectores vinculados al transporte, jerarcas de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), urbanistas, arquitectos, colectivos de ciclistas, comerciantes de la zona, público en general alzaron su voz en contra de la misma advirtiendo sobre los inconvenientes y peligros que ella acarrearía. ¿Qué hacemos con las ambulancias, los bomberos y la policía? Sin embargo, contra viento y marea, se siguió adelante con el proyecto haciendo caso omiso a las advertencias.
Treinta y Tres años lleva el FA manejando a su antojo la Intendencia Municipal de Montevideo. Sus ciudadanos han aguantado y fueron sumisos a cualquier cosa, hasta a una heladera comunista. Pero parece que ya están saturados. La obsoleta mediocridad es aplastante y por la vía de repetir lo mismo nunca se logrará cambiar y mejorar. Y menos cuando todo se maneja en la IMM con soberbia.
Es hora de ir pensando en un cambio en Montevideo, esa ciudad-departamento de playas y cerro, conocida por su suciedad, calles viejas y rotas, barrios oscuros, tránsito desorganizado y caótico puede convertirse en una ciudad limpia, bien iluminada, con buenos servicios y que también pueda ser ejemplo en el mundo. Basta de prácticas viejas y apolilladas.
El año próximo es el año electoral y, además, se cumplirán 300 años de la Fundación de Montevideo. No tengan la menor duda de que lo que no se ha gastado durante estos años en la ciudad se van a dilapidar en fiestas y espectáculos que tendrán a Carolina Cosse como la princesa de la ciudad con el aplauso del Pit-Cnt.