No dan pie con bola

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La campaña electoral suele cansar a políticos y ciudadanos pero tiene una virtud indiscutible: permite conocer a fondo a los aspirantes a la presidencia de la República. Al estar sometidos a una infinidad de compromisos públicos, actos, presentaciones de programas y propuestas, entrevistas, reuniones con los más diversos actores y todo bajo el ojo vigilante de la prensa es difícil que el candidato no termine mostrándose tal cual es. Cómo manejan las tensiones y los temas de campaña nos dice mucho sobre cada uno de ellos y una de las principales características que está teniendo la actual contienda es la enorme dificultad que están mostrando los candidatos de la oposición para lograr instalar temas genuinos de debate y eso los muestra incómodos y desenfocados.

Uno de los temas en que el Frente Amplio amagó a tomar como bandera de campaña fue la economía, pero rápidamente comprendió que no le convenía. Ante un gobierno que logró revertir la destrucción de empleos de los cinco años anteriores y crear cerca de 100.000 empleos genuinos en el sector privado, no se pueden plantear críticas sobre el funcionamiento del mercado laboral. Si el salario real alcanzó niveles récord superando los del gobierno anterior tampoco puede pegarle por ese lado.

Si casi todos los hogares tienen ingresos superiores a los que tenían hace cuatro años no hay informe extemporáneo de ninguna consultora que pueda intentar ocultar esta realidad que muestran los datos del INE. Y si la inflación se redujo a la mitad luego de que tres gobiernos consecutivos del Frente Amplio que no le encontraron la solución al tema, tampoco pueden hablar de ese asunto, en un tema que es fundamental para trabajadores, jubilados y pensionistas.

También intentaron poner sobre la mesa el tema de la seguridad pública, pero el tiro les salió por la culata. El gobierno actual será el primero desde el retorno a la democracia que culminará con menos delitos de los que comenzó, lo que por sí solo habla de la magnitud del logro alcanzado. El fracaso de las políticas de seguridad llevadas adelante por el Frente Amplio aún está presente en la memoria de los uruguayos y el haber hablado en sus bases programáticas actuales de desprisionalización evidentemente tampoco les está jugando a favor. Además, el enfoque dual para enfrentar a la delincuencia que está llevando adelante con éxito el ministro Nicolás Martinelli deja pocos frentes para la crítica, lo que complica aún más a la oposición.

En materia educativa tampoco pudieron hacer pie. La transformación educativa en marcha, la mejora de los indicadores de egreso de secundaria, los nuevos planes de estudio, el nuevo régimen de gobierno de la educación, entre otros temas pautan un avance significativo que está ampliando las oportunidades de los más jóvenes.

Ante el fracaso consistente de los tres gobiernos del Frente Amplio en la materia luego del educación, educación y educación de José Mujica, no pueden abrir la boca y, de hecho, no lo están haciendo sobre este asunto.

Al final del día, como en los temas sustantivos no pueden encontrar una buena trinchera desde dónde atacar al gobierno, están recurriendo a fuegos de artificio de escasa utilidad. Intentan sembrar ideas que no germinan, como que “el gobierno fracasó” cuando muestra notorios indicadores de éxito o que es “un gobierno corrupto” cuando a diferencia de los gobiernos frentistas no existe un solo jerarca procesado por la justicia.

Por más que mientan a cara de perro como lo ha hecho el presidente del Frente Amplio al afirmar que no hay procesados en los gobiernos frentistas cuando tienen, para comenzar a conversar, procesados a un vicepresidente de la República, un ministro de economía y un presidente del Banco República, los uruguayos tienen claro quién puede hablar de transparencia y quién quedó manchado.

La campaña electoral, por tanto, se vuelve crecientemente en contra de los intereses de la oposición mientras que los indicadores objetivos en todas las políticas públicas relevantes para la gente le sonríen a la Coalición Republicana. Esto probablemente los lleve cada vez más a una campaña de agravios y escaso contenido. Será necesario entonces más paciencia por parte de los candidatos oficialistas para no caer en el barro y seguir realizando propuestas y convenciendo a la mayoría de los uruguayos de que el cambio realizado en 2019 fue solo el comienzo de un nuevo camino para el país que le abre amplios y mejores horizontes hacia el futuro.

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