Faltando aún un año y medio, empezó a mencionarse el nombre del ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, como candidato a intendente de Montevideo.
Parecerá anticipado, pero la ausencia de los partidos de la coalición en el terreno departamental es tan grande que el solo hecho de manejar un nombre (aun cuando no esté plenamente confirmado) hace pensar en que por lo menos hay quienes están considerando seriamente lograr que la campaña en la capital sea competitiva.
Quizás surjan otros nombres, tanto por el Partido Nacional como de los otros partidos de la Coalición. Lo cierto es que en caso de confirmarse, Lema tiene condiciones. Es joven y su experiencia como un ministro activo en temas sociales ayudará. En el período anterior mostró aptitudes, siendo diputado blanco en la oposición, en que desplegó un profundo conocimiento en temas de salud, al cuestionar con certera puntería algunas cosas mal hechas por el gobierno de entonces. Es capaz de manejarse con amplitud de miras, gracias a su muy diversa experiencia.
Habrá que ver que hará la Coalición. Si presentará más de un candidato o promoverá uno solo, común a todos, con los suplentes elegidos entre los demás socios de la coalición. Eso ocurrió en la anterior elección, cuando bajo el lema del Partido Independiente y con la candidatura de Laura Raffo, se intentó cambiar el rumbo de las cosas en Montevideo.
Llevar más de un candidato es posible por cuanto a nivel departamental cada lema puede presentar tres nombres, lo que permitiría a que más de un socio participe y sume votos.
Por ahora, no hay otros nombres, pero todavía es temprano para hacer pronósticos.
El desafío es grande. En la elección pasada Laura Raffo hizo una excelente campaña pero al final, a la hora de contar los votos, los montevideanos se mostraron decididamente frentistas.
Hoy la racionalidad debería indicar otra cosa. La actual intendenta no está haciendo grandes obras (como sí hizo su antecesor), sino que se dedica a pintar franjas verdes para que pasen los ciclistas. Más allá de que esto invita duras controversias, tampoco se trata de grandes inversiones en obras.
A eso se suma la mugre. Así como sus antecesores, tampoco Carolina Cosse logró resolver el problema. Todo sigue igual… o peor. Los contendedores malolientes y la basura tirada por las calles y veredas es la pesadilla de los montevideanos.
Cuando se considera el problema de la basura, la pintada de franjas verdes y la frivolidad con que se maneja la intendenta, no hay motivos para que el Frente vuelva a ganar.
Sin embargo, la posibilidad sigue presente. O a los montevideanos les gusta seguir en estas condiciones o realmente creen que las alternativas no son mejores.
Lema es un buen nombre, ¿pero que hará si gana? No alcanza con proponer figuras interesantes. ¿Qué sueña, qué imagina, qué proyecta, tanto Lema como toda la coalición para transformar y mejorar Montevideo?
Lema puede ofrecer una impronta en lo social, que es su especialidad como ministro. Retomaría aquella fuerte consigna que impuso Raffo del “Montevideo olvidado”.
Es urgente que se ponga en marcha un plan de limpieza que dé resultados definitivos. No hablamos de un plan que se empiece a elaborar el día que se asuma en 2025. Si la Coalición quiere ganar, ya tiene que estar trabajando con los mejores expertos para desarrollar ese plan, que deberá ser radical, eficaz y contundente. ¿Hay hoy mismo un equipo técnico serio y profesional trabajando en este y otros temas?
¿Cuáles serán las grandes obras públicas que harán que la capital sea más funcional, eficiente y otorgue calidad de vida a sus habitantes?
Otro tema en que el Frente Amplio está omiso es el embellecimiento de Montevideo. Además de limpia y con buenas avenidas, sendas y veredas, la ciudad debe ser linda. Este parece ser un concepto ajeno a las administraciones frentistas, donde impera el mal gusto. Los montevideanos se merecen una ciudad hermosa de la que puedan sentirse orgullosos.
Eso implica rehacer veredas, diseñar espacios abiertos, mantener un prolijo, alineado y bien mantenido arbolado en todas las calles y dimensionar los parques dignos, elegantes, bien sombreados.
La lista puede seguir. Pero insistimos: con solo un buen candidato, no se gana Montevideo. Hay que tener una propuesta seria, imaginativa y definida para aplicar desde el día mismo que se asuma y que seduzca a los montevideanos, todavía anestesiados por la grisura frentista.