Una gran noticia para la región

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La decisión del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, de elegir como secretario de Estado nada menos que al senador Marco Rubio, es una excelente noticia para América Latina en general, pero para Uruguay en particular.

Rubio es un experimentado senador de la Florida, hijo de inmigrantes cubanos, y que es en buena medida la personificación de lo que suele llamarse el “sueño americano”. Sus padres llegaron a ese país sin nada, escapando de la dictadura comunista de Fidel Castro, y lograron progresar al punto que su hijo será el primer latino en ocupar uno de los cargos más influyentes del mundo, como cabeza de la diplomacia estadounidense.

Rubio tuvo ambiciones presidenciales hace algunos años, y tuvo duros choques con el propio Trump, pero que luego quedaron de lado, y hoy es su principal referente en política exterior.

Lo primero positivo de la llegada de Marco Rubio a ese cargo, es que es alguien con profundo conocimiento de la realidad política del continente. Esto hará que aunque más no sea por motivos personales, la región pase a ocupar un lugar mucho más destacado del que ha tenido en los últimos gobiernos.

En segundo lugar, Rubio es alguien que no tiene paños tibios cuando se trata de lidiar con las dictaduras y regímenes autoritarios que plagan nuestro continente. Rubio no solo ha sido muy duro en sus posturas respecto a Cuba por motivos obvios. También ha liderado el bloque más hostil a la dictadura de Nicolás Maduro, y su nombramiento pone fin a algunos temores de que esta administración de Trump pudiera buscar algún acuerdo de conveniencia mutua que permitiera solidificar al régimen de Caracas.

Pero Rubio también ha sido severo a la hora de criticar a otros gobiernos de izquierda de la región que disimulaban sus abusos institucionales con vestimenta democrática. En particular con el kirchnerismo de Argentina, o con los delirios mesiánicos de Petro en Colombia o López Obrador en México.

Parece claro que los cuatro años por delante no serán fáciles para estos regímenes prepotentes. Queda por ver cómo será el vínculo con la gran potencia regional, que también está en manos de la izquierda, el Brasil de Lula da Silva. Lula ha tenido siempre buen vínculo con los gobiernos demócratas, y se ha aprovechado de ello para erigirse como una potencia subsidiaria a nivel regional. Y para apuntar a ocupar un espacio de “tercerismo”, coqueteando con China y Rusia.

Habrá que ver qué pasa, pero parece haber señales de que ese tipo de actitud, tendrá un contrapeso importante con el nuevo secretario de Estado.

Pero si la noticia es buena para la región, es particularmente positiva para Uruguay. Rubio ha sido un vocal impulsor de que Estados Unidos otorgue beneficios comerciales y apoyo económico a Uruguay, para ayudarlo a desarrollarse saliendo de la órbita de la creciente influencia china en el continente.

El próximo secretario de Estado ha escrito ar-tículos y hablado en el Congreso de que no puede ser que países amigos como Uruguay, terminen recostándose en China, o dependiendo de las migajas de un líder ideológico como Lula da Silva, para poder acceder a mercados o buscar un desarrollo genuino. Es de esperar que en el próximo gobierno, algunas políticas que ya ha impulsado la administración Biden, se profundicen. A la vez que se acreciente una lucha más frontal contra la influencia de China en esta parte del mundo.

Desde ya que esta designación no debería estar ausente de la cabeza de los uruguayos a la hora de votar dentro de pocos días.

No porque haya que sacrificar nuestra independencia o autonomía para caer en gracia a Estados Unidos. Sino porque el Frente Amplio mantiene una relación carnal totalmente dependiente del PT de Lula en Brasil. Sería una pena que en un momento en que a la región se le abre un panorama de afinidad ideológica y posibilidades concretas de apoyo de parte la principal potencia del mundo, nuestro país optara por agachar la cabeza ante el vasallaje de un jugador de segundo nivel, que nos deje fuera de este camino al progreso. Vale recordar que eso ya pasó hace varios años con gobiernos del Frente Amplio, primero cuando se rechazó la oportunidad de un TLC, y luego cuando por culpa de Lula y Chávez, nos perdimos la chance dorada del ALCA.

En cualquier caso, desde Estados Unidos vienen excelentes noticias. Estará en nosotros saber cómo aprovecharlas.

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