Visitó nuestro país el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Mohamed ElBaradei. El motivo fueron los acuerdos que tiene Uruguay con esa organización, especialmente en el sector salud. ElBaradei destacó "el trabajo de Uruguay en los usos pacíficos de la energía atómica". Lo que está muy bien. Pero, es una pena que nuestro país haya adoptado como política el renunciar a la energía atómica como fuente eléctrica.
La Ley Nº 16.832 de junio de 1997, de actualización del sistema eléctrico nacional, prohíbe el "uso de energía de origen nuclear en el territorio nacional" y establece que "ningún agente del mercado mayorista de energía eléctrica podrá realizar contratos de abastecimiento de energía eléctrica con generadores nucleares ni con generadores extranjeros cuyas plantas contaminen el territorio nacional". Refleja la que ansiedad producida por la seguridad de las centrales nucleares para la generación de energía nuclear y la preocupación por el impacto ambiental que puedan tener usinas generadoras situadas en países vecinos.
Ha llegado el momento de derogar esa prohibición. Por varios motivos.
Incluyendo que, la prohibición de "uso de energía de origen nuclear" priva a nuestro país de la principal fuente alternativa de electricidad, cuando la demanda por ese vital elemento aumenta en forma crítica.
La prohibición también tiene un impacto sobre la preparación de los científicos que el país necesita y sobre la investigación sobre los usos pacíficos de la energía atómica. La energía nuclear no contribuye al efecto de invernadero. La tecnología nuclear progresa continuamente.
Finalmente, como se ha señalado en El País, la prohibición en la ley, de importar determinados tipos de electricidad, es imposible de aplicar en la práctica. ¿Cómo haremos para distinguir la electricidad generada a partir de energía nuclear o de fuentes contaminantes, del resto que compramos a nuestros vecinos?
No es razonable ni conveniente para el interés nacional mantener tal prohibición (sobre todo, si consideramos los proyectos nucleares de nuestros vecinos).