La crisis que ha impactado en una serie de fondos privados ganaderos conmueve al país. Es trágica la forma en que miles de uruguayos han visto afectados sus ahorros. Pero hay dos reacciones inaceptables. La de quienes reclaman que el Estado asuma responsabilidad por contratos entre privados. Y las que buscan aplicar vinculación política a un tema que es comercial. Esta última es sobre todo ruin, cuando viene de quienes dilapidaron muchos millones más del contribuyente.