Las dos suecas que le ganaron a 256 varones en el Gran Premio Argentino

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Las suecas del GP Argentino

EPISODIOS INCREÍBLES

Ewy Rosqvist y Ursula Wirth se impusieron por amplio margen corriendo con Mercedes-Benz en 1962

El resultado más resonante de una carrera de autos en Argentina fue el triunfo de “las suecas”, tal como se las llamó, en el Gran Premio de 1962. La piloto Ewy Rosqvist y la copiloto Ursula Wirth, entonces de 32 y 29 años respectivamente, recorrieron 4.624 kilómetros por varias provincias y superaron a 256 competidores varones. Hicieron historia, pero también dejaron atrás los eternos prejuicios sobre la conducción femenina.

Rubias y atractivas ambas, llamaron la atención desde antes de la largada. Pero tras la largada todos -público, prensa y rivales- se dieron cuenta de sus grandes aptitudes competitivas. Con el Mercedes-Benz 220 SE número 711 ganaron la prueba de punta a punta, con una ventaja de tres horas, ocho minutos y 25 segundos sobre el segundo, Boris Garafulic, con Volvo, que pertenecía a otra categoría.

En su categoría, la ventaja sobre el segundo (Marcelo Borchardt, de Jaguar) fue de 12 horas y un segundo. La leyenda de aquella carrera asegura que las chicas se retocaban el maquillaje luego de cada etapa para presentarse siempre impecables.

El Gran Premio Standard argentino (no confundir con el Gran Premio de Turismo Carretera) estaba reservado a autos salidos de fábrica prácticamente sin modificaciones, La edición 1962 se corrió del 23 de octubre al 4 de noviembre en siete categorías según la cilindrada.

En seis etapas, los participantes recorrieron las provincias de Buenos Aires, Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero y Santa Fe, hasta la meta en Arrecifes, una ciudad de la provincia de Buenos Aires con especial pasión por las carreras. Y finalizaba con un viaje en caravana hasta el autódromo de la capital.

Las marcas participantes fueron Volvo, Alfa Romeo, Lancia, Pontiac, BMW y Mercedes-Benz, junto a las locales Industrias Kaiser Argentina, Industria Automotriz Santa Fe, Autoar Argentina, Isard, IAFA y Borgward (toda una pintura de una épocacon una fuerte industria automotriz en Argentina).

Ewy Jönsson, tal su apellido de soltera, nació en 1929 en Herrestad, una zona rural del sur de Suecia, en 1929. Pertenecía a una familia de granjeros, por lo cual estudió para asistente de veterinario. Como era necesario visitar muchas granjas en una amplia zona, su padre le regaló un Mercedes 170 S.

De tanto ir y venir, casi siempre por caminos de tierra, comenzó a dominar todos los secretos del auto. Luego se casó con Yngve Rosqvist, un ingeniero integrante de una familia de “tuercas”. Y así ella comenzó a correr en pruebas para damas. Más tarde se divorció, pero no abandonó su nueva afición, para la cual mostró grandes condiciones.

Ursula Wirth
, en tanto, nació en Sundsvall y se vinculó a Ewy en sus recorridas para atender animales. Cuando su amiga comenzó a correr, ella la ayudó como navegante. En 1960 firmaron para la marca Volvo y dos años más tarde pasaron a Mer-cedes-Benz. Entre otros triunfos, Ewy fue campeona europea en 1960, 1961 y 1962.

Pese a esos antecedentes, cuando Mercedes-Benz anunció que para el Gran Premio argentino de 1962 presentaría cuatro coches, uno de ellos a cargo de dos mujeres, muchos pensaron que se trataba de una jugada publicitaria de la casa alemana. Pero Mercedes contaba con el asesoramiento del quíntuple campeón mundial de Fórmula 1 Juan Manuel Fangio (algo de coches sabía…). Y Fangio estaba informado de que las suecas eran cosa seria.

Además, antes de la carrera ellas recorrieron cada una de las etapas, para conocer el camino y anotar las principales dificultades, algo que aparentemente no acostumbraban hacer entonces sus colegas locales.

Fuentes históricas europeas afirman que Rosqvist y Wirth tuvieron guardaespaldas “para protegerlas de los hinchas argentinos”. Sin embargo, la presencia de las chicas solo despertó simpatías en el público a lo largo de los caminos. Eso no quita que su éxito seguramente haya provocado celos y fastidio entre sus colegas argentinos más prejuiciosos.

Por ejemplo, se asegura que Carlos Menditeguy, piloto de otra unidad de Mercedes, muy molesto, denunció sin éxito que les habían registrado mal los tiempos a las damas en la llegada a Carlos Paz. Se demoró tanto en preparar la protesta que llevó tarde su auto al parque cerrado y quedó eliminado.

Menditeguy era otro personaje increíble: hombre de gran fortuna, le dedicaba mucho tiempo al deporte y, además de su estrellato en el automovilismo, llegó a ser 10 de handicap en polo y scratch en golf (con los años, además, una hija suya se casó con Mauricio Macri, antes que este fuera presidente argentino). Una vez ganó el Gran Premio corriendo con tres ruedas, porque una se le salió cuando se acercaba a la meta. Pero aquella vez perdió ante las suecas…

El único contratiempo que encontraron Rosqvist y Wirth fue la muerte de su compañero de equipo Hermann Kühne, herido fatalmente al sufrir varios vuelcos luego de atropellar unas ovejas. Cuando se enteraron, quisieron abandonar la prueba en señal de luto. Fangio las convenció para que siguieran corriendo y le dedicaran un eventual triunfo.

Al final, ganaron todas las etapas, para mayor asombro.

¿Qué ocurrió luego con las suecas? Uno de los más famosos periodistas de automovilismo argentinos, Federico Kirbus (fallecido en 2015) reveló mucho después que Ursula había participado del Gran Premio con un embarazo de algunas semanas. Ella se casó en 1965 con un presentador de televisión y dejó el automovilismo. Quedó viuda en 1981 y se volvió a casar seis años más tarde. Falleció en 2019 en Estocolmo.

Ewy se retiró de las competencias en 1967 sin haber sufrido un solo accidente, según su biografía. Se mudó a Sttutgart para trabajar en el museo de Mercedes-Benz y como piloto de pruebas para la marca. Se volvió a casa y quedó viuda en 1977. Formó pareja luego con un concesionario de Mercedes. Con 91 años, vive ahora en Suecia.

En estos últimos años todavía quedaba tiempo para un homenaje diferente. En 2019, la fábrica de coches en miniatura Matchbox, asociada con Mercedes-Benz, sacó la réplica del Mercedes 220 que Ewy y Ursula llevaron al triunfo en Argentina, con la foto de la piloto en la caja.

Además, la iniciativa buscaba derribar los estereotipos e inspirar a las niñas a romper los roles de género. Matchbox hizo un ensayo: ofreció juguetes a varias niñas y ninguna tomó un autito. Les exhibieron a continuación un video sobre las hazañas de Rosqvist y entonces sí le prestaron atención al coche.
 

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