Finalmente el Antel Arena se pintó de cuatro colores, pero después de un caliente duelo de hinchadas durante más dos horas, culminada la quinta (y última) final, los que predominaron fueron el rojo y verde de Aguada, que derrotó a Peñarol por cuarta vez y le sobraron dos finales para conquistar un título más de la Liga Uruguaya de Básquetbol.

El estadio fue una fiesta desde antes que comenzara el partido hasta obviamente después, cuando el Aguatero celebró junto a su gente la cuarta Liga Uruguaya de su historia, y el undécimo título a nivel nacional, sumando los siete campeonatos Federales.

Desde detrás de uno y otro rincón de la cancha, las dos hinchadas dejaron las gargantas por sus equipos e hicieron retumbar el Antel Arena. Cada bandeja, triple o volcada explotaba en las tribunas, pero también los fallos del equipo rival, que encendían aún más a los hinchas de enfrente. Y aunque los jugadores intentaran mostrarse enfocados en lo que pasaba adentro de la cancha, indudablemente sentían la tensión que había a su alrededor.

Tal como las cuatro anteriores, fue otro partidazo entre estos dos equipos, los que dominaron la Liga desde que empezó, allá por octubre. El Carbonero empezó con mejor puntería y sacó ventaja en los primeros minutos, pero el trámite enseguida se emparejó, cuando aparecieron los triples del mejor jugador del básquetbol en Uruguay, Donald Sims.

El norteamericano se llevó de nuevo todas las luces de la noche, metió 34 puntos con un infernal 76% de efectividad en lanzamientos de campo y fue el que lideró la victoria aguatera, con sabor a campeonato. “Olé olé olé olé, Donald, Donald”, le cantó el estadio al jugador que de ninguna manera pudieron parar. Cuando se toma dos segundos para tomar el lanzamiento, ya no hay nada que hacer.

Peñarol mantuvo la paridad hasta el último cuarto, y como pasó prácticamente en toda la serie final, el que cerró mejor el partido fue Aguada. Un poco de mala fortuna, pelotas que entran y salen, y pérdidas inesperadas del lado de Peñarol; contra triples y bandejas de todo tipo y color de Sims, Santos, Rudd y Vidal, las figuras aguateras que en los minutos finales siempre se hacen gigantes.